jueves, 27 de agosto de 2015

LAS FUERZAS ARMADAS Y POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ EN EL INFORME FINAL DE LA CVR


Llegamos al final de esta serie de columnas dedicadas al IF de la CVR en las cuales hemos rebatido las mentiras que sus enemigos -a lo largo de estos años- han proferido sobre su origen, miembros, mandato, trabajo y financiamiento. Del mismo modo, en la columna pasada, nos ocupamos de dar a conocer lo que la CVR dijo sobre Sendero, evidenciando la mala fe de aquellos que de manera infame acusaron a la CVR de justificar a este movimiento terrorista.

Ahora bien, en esta cuarta columna, explicaremos lo que la CVR señaló sobre las Fuerzas Armadas (FFAA) y Policía Nacional (PNP), ya que sobre este punto, los enemigos de la CVR también tejieron una serie de patrañas con el afán de hacerle creer a la ciudadanía que la CVR había establecido que las FFAA y PNP eran las principales responsables de las violaciones cometidas contra los derechos humanos. Algo que, como veremos a continuación, es absolutamente falso.

Lo que la CVR sí dijo sobre las FFAA

Primero, la CVR reconoció la esforzada y sacrificada labor que los miembros de las FFAA realizaron durante los años de violencia y rinde su más sentido homenaje a los más de un millar de valerosos agentes militares que perdieron la vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber.

Segundo, la CVR ha encontrado que las FFAA aplicaron una estrategia que en un primer período fue de represión indiscriminada contra la población considerada sospechosa de pertenecer a Sendero. En un segundo periodo, esa estrategia se hizo más selectiva, aunque continuó posibilitando numerosas violaciones de los derechos humanos.

Tercero, la CVR señala que, en este escenario, los Comandos Políticos Militares (CPM), erigidos en autoridad estatal máxima en las zonas de emergencia, pueden tener la responsabilidad primaria por estos crímenes. Por tanto, afirma que el Poder Judicial debe establecer el grado exacto de responsabilidad penal de quienes ejercieron los CPM, ya sea por haber ordenado, incitado, facilitado o encubierto estos hechos, o bien por haber omitido el deber fundamental de ponerles coto.


Cuarto, la CVR ha constatado que las violaciones más graves de los derechos humanos por parte de agentes militares fueron: ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes. Asimismo, la CVR condena particularmente la práctica extendida de violación sexual contra la mujer. Todos estos actos, afirma la CVR, constituyen una deshonra para quienes fueron sus perpetradores directos y para quienes, en su condición de superiores jerárquicos, los instigaron, permitieron o encubrieron con mecanismos de impunidad.

Sobre este punto, la CVR también señala que durante los primeros años de su intervención (1983-1985) las FFAA carecieron de un trabajo de inteligencia sobre la organización, el perfil de los militantes y la estrategia de Sendero. Del mismo modo, la CVR constató que en este periodo aparecieron escuadrones de la muerte cuya actividad llevó a que el Perú ocupara en esos años el primer lugar en el mundo en desapariciones forzadas de personas.

Quinto, la CVR señala que un grupo de oficiales diseñó planes para una posible interrupción castrense del proceso político, exponiendo a las FFAA a dos grandes trastornos institucionales: a) El uso de un modelo de política contrasubversiva y la imagen de una FFAA victoriosa para justificar el golpe de Estado de 1992; y b) Una tregua con el narcotráfico al definir a Sendero como enemigo principal, que debía ser aislado del campesinado cocalero. En algunos casos, y sobre todo a partir del ascenso de Vladimiro Montesinos, esa tregua se convirtió en Alianza.

Sexto, la CVR afirma que la captura de Abimael Guzmán y la desarticulación de Sendero y el MRTA no lograron evitar que la ética, el prestigio e incluso el bienestar y la eficiencia de las FFAA quedaran seriamente mellados por una cúpula que unió su suerte al gobierno dictatorial. Para la CVR, este proceso de desarticulación estuvo caracterizado por la actividad del Grupo Colina, la persecución de oficiales disidentes, así como por la organización de un sistema de corrupción, chantaje y espionaje político dentro de las propias FFAA bajo la dirección de Vladimiro Montesinos.

Lo que la CVR sí dijo sobre la PNP

Primero, la CVR rinde su más sentido homenaje al más de un millar de valerosos miembros de las fuerzas del orden que perdieron la vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber de enfrentar a los grupos subversivos que vulneraban los derechos fundamentales de los ciudadanos.


Segundo, la CVR señala que la PNP tuvo que responder a la agresión de Sendero y el MRTA, en condiciones logísticas precarias, sin entrenamiento adecuado ni rotación suficiente de sus agentes.

Tercero, la CVR considera que las limitaciones de los servicios de inteligencia policiales no permitieron tener una visión adecuada de lo que acontecía, ya que en lugar de enviar a los agentes más preparados y eficientes de cada institución, se mantuvo la práctica común en las organizaciones policiales de enviar a agentes no idóneos a zonas alejadas como forma de castigo.

Cuarto, la CVR afirma que la intervención del destacamento policial denominado “Los Sinchis” hizo crecer las violaciones de los derechos humanos, generando un distanciamiento entre la PNP y la población.

Sobre este punto, la CVR ha constatado que con el ingreso de las FFAA a Ayacucho, y la creación de los CPM en las zonas declaradas en estado de emergencia, la PNP quedó subordinada a las FFAA. Es más, afirma la CVR, la PNP quedó sujeta a las funciones establecidas por los jefes militares, por encima de sus propios comandos y de las autoridades civiles. En este contexto, los agentes de los tres institutos policiales que actuaron en las zonas de emergencia incurrieron en graves violaciones de los derechos humanos, siendo una de las más condenables, la violación sexual contra la mujer.

Quinto, la CVR reconoce que el trabajo de inteligencia operativa de la DINCOTE logró las impecables capturas de los principales dirigentes subversivos: Víctor Polay Campos del MRTA y Abimael Guzmán Reynoso de Sendero. Para la CVR, ambas capturas constituyeron un factor fundamental para conseguir la derrota estratégica de la subversión y el terrorismo.

Sexto, la CVR constata que, a partir del golpe de Estado del 05 de abril de 1992, la PNP fue sometida a los planes del Servicio de Inteligencia Nacional y subordinada al poder militar, ello no sólo supuso un recorte significativo de sus facultades y competencias, sino que también posibilitó el nacimiento de una cúpula de oficiales inmersa en la red de corrupción manejada por Vladimiro Montesinos.

Conclusión


Luego de repasar las conclusiones más importantes que la CVR hizo en su IF sobre las FFAA y PNP, queda claro que la CVR jamás equiparó la labor de ambas instituciones al accionar criminal y terrorista de Sendero y del MRTA, pero sí denunció -porque esa era su responsabilidad- las violaciones de los derechos humanos cometidas por los agentes del Estado. En todo caso, esperamos que la labor informativa que hemos desarrollado en estas cuatro columnas del mes de agosto, dedicadas todas ellas al IF de la CVR, hayan servido para que los ciudadanos, sobre todo los más jóvenes, conozcan la verdad sobre la tragedia vivida durante los años de violencia política en nuestro país. 

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miércoles, 19 de agosto de 2015

SENDERO LUMINOSO EN EL INFORME FINAL DE LA CVR


Como lo señalé hace unas semanas, uno de los temas -sino el más recurrente- que suelen usar los enemigos de la CVR para atacarla y cuestionar el contenido de su IF es Sendero Luminoso (SL). Para los críticos de la CVR –que estoy seguro no han leído su IF, pero que de manera maliciosa repiten las mentiras proferidas por cierto sector político- este fue muy benigno con SL al no condenar su accionar terrorista, hecho que ha servido para que este movimiento equipare su actuación a la de nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional. Pero además, los enemigos de la CVR señalan en las redes sociales (previa ráfaga de insultos hacia mi persona, dicho sea de paso), que la CVR se autoproclamó, en un exceso de autosuficiencia, como la depositaria de la verdad en nuestro país, prueba de ello sería el nombre de su “Informe Final”, como si luego de su trabajo no hubiera más qué decir sobre lo ocurrido.

Por eso en esta columna me ocuparé de desmentir a los enemigos de la CVR que afirman que su IF fue demasiado blando con SL. Pero previamente, debo señalar que la CVR jamás creyó dictar la última palabra sobre lo ocurrido. De hecho, la propia CVR ha señalado que su IF debía servir para que el Estado, a través de sus instituciones: Poder Judicial, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo, entre otras, asuma la responsabilidad de seguir investigando los casos de violación de los derechos humanos registrados durante el conflicto armado interno.

Es más, la propia CVR en su IF establece una serie de recomendaciones encaminadas -justamente- a la concretización de este propósito. En todo caso, lo que sí hizo la CVR en su IF fue dar cuenta de los hallazgos encontrados hasta el final de su mandato. En otras palabras, el IF de la CVR no hace otra cosa que contar lo que esta encontró hasta antes de ser disuelta. Nada más.


Lo que la CVR sí dijo sobre SL en su IF

Frente a las mentiras que sobre este punto los enemigos de la CVR suelen decir en los medios (lo que ocurre en las redes sociales es tremendamente preocupante), nosotros creemos necesario contarle a los ciudadanos -sobre todo a los más jóvenes- lo que la CVR sí dijo sobre SL, para que sean ellos mismos los que luego de conocer la verdad se encarguen de ajustar cuentas con todos aquellos que desde la entrega del IF se encargaron de cuestionarlo sin haberse tomado la molestia de leerlo.

Primero, la CVR consideró que la causa inmediata y fundamental del desencadenamiento del conflicto armado interno fue la decisión del PCP-SL de iniciar la lucha armada contra el estado peruano en momentos en que se restauraba la democracia a través de elecciones libres.

Segundo, para la CVR el PCP-SL fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones de los derechos humanos tomando como medida de ello la cantidad de personas muertas y desaparecidas. Fue responsable del 54% de las víctimas fatales reportadas a la CVR.

Tercero, la CVR ha comprobado que el PCP-SL desplegó extremada violencia e inusitada crueldad que comprendieron la tortura y la sevicia como formas de castigar o sentar ejemplos intimidatorios en la población que buscaba controlar. Para la CVR el PCP-SL no mostraba el menor respeto por la vida y los derechos humanos de las víctimas.

Cuarto, subrayen esto, la CVR encontró un potencial genocida en proclamas del PCP-SL, que llaman a “pagar la cuota de sangre”, “inducir genocidio” y que anuncian que “el triunfo de la revolución costará un millón de muertos”. Esto para la CVR se conjugó con visiones racistas y de superioridad sobre pueblos indígenas.


Quinto, para la CVR el PCP-SL no tomó en cuenta las necesidades y aspiraciones económicas del campesinado, ni de sus organizaciones propias, y convirtió, más bien, a los campesinos en masa que debía someterse a la voluntad del partido. Prueba de ello fue el asesinato masivo de dirigentes sociales, hombres y mujeres, dirigentes campesinos, sindicales, barriales, magisteriales y organizaciones de mujeres.

Sexto, la CVR constató que la violencia extrema practicada por el PCP-SL en las localidades rurales de los andes se extendió también a los centros urbanos. Además, señaló expresamente que Lima y otras ciudades fueron también escenarios complementarios de violencia y sufrieron sabotajes, asesinatos selectivos, paros armados y otros actos terroristas, especialmente bajo la modalidad de coche-bomba.

Séptimo, la CVR evidencia –lo dice con todas sus letras- la profunda irresponsabilidad y menosprecio del PCP-SL hacia sus propios militantes a quienes inducía a matar y a morir de la manea más cruel y sanguinaria, mientras que sus dirigentes máximos, especialmente Abimael Guzmán Reinoso, permanecían en Lima, exentos de riesgos físicos y privaciones, prácticamente durante todo el conflicto.

Octavo, la CVR señaló que si bien el PCP-SL logró su cohesión interna a través del llamado Pensamiento Gonzalo que reflejó el culto a la personalidad de Abimael Guzmán Reinoso, la incongruencia de su líder se expresó de la manera más patente cuando, tras ser capturado, abandonó casi inmediatamente la tesis del equilibrio estratégico y solicitó al gobierno un acuerdo de paz junto con un reconocimiento explícito y sumamente elogioso al gobierno dictatorial de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.

La verdad de las mentiras

Como hemos podido apreciar, es absolutamente falso, como dicen los enemigos de la CVR, que el IF haya justificado el accionar de SL. Muy por el contrario, la CVR condenó con la mayor severidad la actuación terrorista de este movimiento subversivo. Eso sí, lo hizo llamándolo por su nombre, por la denominación que aparece en sus documentos oficiales: Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso. Pero eso no quiere decir que la CVR haya considerado a SL como un partido político o un movimiento guerrillero. Esa es otra falacia monumental que los enemigos de la CVR han pretendido instalar en el imaginario colectivo, y que esperamos haber desmentido contundentemente.


Nota: La CVR plantea un número mayor de conclusiones sobre SL, pero por razones de espacio nos las hemos reproducido. En todo caso, hacemos referencia a estas 8, que a nuestro juicio son las principales, tomando como referencia la selección hecha por Herbert Morote en su libro titulado: “Todos contra la verdad”, cuya lectura debería ser obligatoria para cualquier peruano.

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jueves, 13 de agosto de 2015

MANDATO, TRABAJO Y FINANCIAMIENTO DE LA CVR

Al escribir mi columna de la semana pasada sobre la creación y los integrantes de la CVR no pensé que la misma generaría la serie de ataques y defensas que los lectores (incluyo también a los que me insultan) me han hecho llegar a través de las redes sociales. Eso me anima a seguir escribiendo sobre el tema, ya que en un país como el nuestro que tan poco esfuerzo ha hecho por reconstruir su memoria histórica, resulta sumamente gratificante constatar que existen ciudadanos, sobre todo los más jóvenes, interesados en conocer la verdad y acercarse a ella sin prejuicios o anteojeras ideológicas.

En esa línea, aprovecharé esta oportunidad para responderle a todos aquellos que de manera deliberada mienten sobre tres puntos que me parecen claves al momento de evaluar el trabajo de la CVR, me refiero básicamente a lo siguiente: mandato, trabajo y financiamiento de la CVR. Elijo estas tres materias pues son las que algunos lectores (los que me insultan) usan en las redes sociales para distorsionar la verdad y sembrar dudas sobre la honestidad y rigurosidad del trabajo llevado a cabo por la CVR.

Mentira 1: Nadie le pidió a la CVR que investigue a las Fuerzas Armadas (FF.AA) y Policía (PNP)

Esta primera afirmación es absolutamente falsa pues el Decreto Supremo N° 065-2001-PCM que creó la CVR dispuso textualmente lo siguiente: “créase la CVR encargada de esclarecer el proceso, los hechos y responsabilidades de la violencia terrorista y de la violación a los derechos humanos producidos desde mayo de 1980 hasta noviembre de 2000, imputables tanto a las organizaciones terroristas como a los agentes del Estado, así como proponer iniciativas destinadas a afirmar la paz y la concordia entre los peruanos”.

Entonces, si la verdad es tan evidente en torno al mandado que recibió la CVR para el esclarecimiento de los hechos: ¿por qué los críticos (enemigos viscerales, diría yo) de la CVR mienten con tanta desfachatez? La respuesta, según Herbert Morote, es que a los enemigos de la CVR les molesta -hasta la locura- que el Estado luego de 20 años haya reconocido que los crímenes fueron cometidos presuntamente tanto por terroristas como por las FF.AA. y PNP. Eso es algo que las instituciones castrenses y sus defensores en la política jamás le perdonarán al ex Presidente Paniagua. Siguiendo a Morote, podríamos decir que el Gobierno de Paniagua exigía que una CVR dijese la verdad. ¿Estaba el Perú preparado para oírla? Morote cree que no, yo suscribo esa opinión.



Mentira 2: La CVR no quiso entrevistar a todos los actores del conflicto (solo a los comunistas)

Esta segunda afirmación es absolutamente falsa pues si bien la CVR estaba facultada para entrevistar a cualquier persona, autoridad, funcionario o servidor público, “no contaba con la facultad para citar de grado o fuerza a personas cuyo testimonio considerase de importancia”, potestad que sí tienen, por ejemplo, el Poder Judicial, el Ministerio Público, las Comisiones Investigadoras del Congreso, u otras Comisiones de la Verdad como la Sudafricana.

Entonces, queda claro que la CVR no podía -a pesar de haberlo requerido formalmente- obligar a las personas (subversivos o agentes de Estado) sospechosas o poseedoras de valiosa información a comparecer ante ella. Es así como, la propia CVR refiere en su IF que no pudo obligar al personal subalterno, oficiales y altos mandos militares y policiales a presentarse a declarar o confesar. ¿La CVR invitó a estas personas a dar su testimonio? Claro que sí. Lo hizo de manera formal cursando oficios a los respectivos ministerios, sin embargo, lo dice también el IF, no recibió de parte de las FF.AA el apoyo institucional que una tarea de tanta importancia exigía.

 Mentira 3: La CVR no quiso escuchar a las FF.AA y PNP

Esta tercera afirmación -ligada a la segunda- es absolutamente falsa ya que la CVR consciente de sus limitaciones logísticas y operativas adoptó como una estrategia de trabajo la firma de convenios de apoyo y colaboración con una diversidad de entidades públicas y privadas.

Sobre este punto, la propia CVR ha señalado que firmó 20 convenios a nivel nacional y 30 a nivel regional. Los convenios firmados fueron con el Ministerio de Educación, por ejemplo, universidades, ONG´s de derechos humanos, asociaciones regionales y otras organizaciones civiles vinculadas a la defensa y promoción de los derechos humanos de las víctimas. Es más, la CVR refiere que se logró firmar un convenio con el Ministerio del Interior, para brindar apoyo y protección al personal de la CVR, así como también para coordinar temas vinculados a la investigación de ejecuciones extrajudiciales, exhumaciones y protección de testigos.


Sin embargo, y esto es algo que los enemigos de la CVR no dicen, al Ministerio de Defensa, es decir al Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, respectivamente, no les interesó la firma de estos convenios. En otras palabras, las FF.AA fueron de las pocas instituciones que siempre se negaron a colaborar con la CVR. Por eso no sorprende, por ejemplo, que no les hayan permitido a los comisionados inspeccionar Los Cabitos ni otros cuarteles, a pesar de que estos hayan sido sindicados como centros de tortura y ejecución extrajudicial.

Mentira 4: La CVR le costó varios millones de dólares al país

Esta cuarta afirmación es absolutamente falsa pues el costo de la CVR fue de tan sólo 12 millones de dólares de los cuales el Perú puso 7 y los otros 5 millones las agencias de cooperación internacional. Es más, ya que los enemigos de la CVR insisten en difamar a los comisionados acusándolos de haberse hecho ricos con los extraordinarios sueldos recibidos, es preciso aclarar que el Presidente de la CVR, Dr. Salomón Lerner Febres, no cobró ningún sueldo, y que los demás comisionados cobraron entre 1800 y 4400 dólares, dependiendo de si trabajan a tiempo parcial o completo,  mucho menos de lo que estas personas percibían en sus labores profesionales particulares.


Entonces, si la verdad es tan evidente, y los datos son tan sencillos de verificar: ¿por qué los enemigos de la CVR la difaman con tanta virulencia y odio? La respuesta la anticipé en mi columna pasada, existen ciertos grupos políticos y sociales a los cuales las palabras “verdad, justicia y reconciliación” les resultan políticamente peligrosas. Ellos buscan esconder la verdad para que las nuevas generaciones sigan ignorando lo ocurrido, y así evitar el juicio implacable de la historia. 

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viernes, 7 de agosto de 2015

LA EXTREMA DERECHA E IZQUIERDA MIENTEN SOBRE LA CVR


Si hay algo en lo que se parecen los extremistas de derecha e izquierda en el Perú ese algo son los constantes ataques que de manera sistemática han dirigido contra el Informe Final (IF) de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y contra las personalidades que integraron este grupo de trabajo.

Así, los extremistas de ambos bandos no sólo se han encargado de descalificar -sin ningún sustento objetivo- el contenido del IF, considerado como el trabajo más importante que se ha elaborado sobre la violencia política peruana entre 1980-2000; sino también han buscado enlodar el prestigio de los comisionados difamándolos de manera virulenta tildándolos de pro terroristas y/o revisionistas.

Por ello, frente a la ola de mentiras que ambos sectores han proferido desde la presentación del IF en 2003, nos sentimos en la obligación moral y académica de desmentirlos públicamente, haciéndoles saber a los ciudadanos, sobre todo a los más jóvenes, aquello que todo peruano, sin importar la ideología que presente, debería conocer acerca de la CVR y de su IF.

Los extremistas no han dudado ni un momento a la hora de culpar al Gobierno de Alejandro Toledo de haber cedido ante la presión política para crear una CVR. Pues bien, esta afirmación es completamente falsa. Ellos lo saben, pero mienten sin pudor. ¿Acaso no han leído el IF? No, ellos sí lo han leído, sí conocen la verdad de los hechos, pero la niegan por interés, y se valen de la ignorancia de la mayoría de los peruanos para justamente crear una mentira capaz de eclipsar a la propia verdad.

Como lo podría verificar cualquier persona honesta que sepa leer, fue Valentín Paniagua, el que luego de jurar el cargo de Presidente Constitucional el 24 de noviembre de 2000, tras la renuncia por fax de Alberto Fujimori, decidió formar un grupo de Trabajo Interinstitucional que propusiese la creación de una Comisión de la Verdad. Cabe señalar que en una muestra de vocación democrática a este Grupo fueron convocados representantes de diversos ministerios, iglesias, organizaciones de derechos humanos y de la Defensoría del Pueblo, sin discriminaciones de tipo político o ideológico.




Así, el 4 de junio de 2001, el Presidente Paniagua firmó el Decreto Supremo 065-2001-PCM, mediante el cual se creó la Comisión de la Verdad, norma ejecutiva que fue refrendada nada más y nada menos que por su Primer Ministro, el ex Secretario de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, gozando del respaldo político y social de la inmensa mayoría del país.

Hasta aquí, podríamos formularnos una primera pregunta: ¿Ustedes creen que personalidades de la trayectoria académica y democrática de Valentín Paniagua o Javier Pérez de Cuellar iban a crear una Comisión de la Verdad para encubrir los crímenes cometidos por el Estado o por los movimientos terroristas? No, evidentemente no.

Dos meses después, en agosto de 2001, después de haber asumido su cargo, el Presidente Alejandro Toledo promulgó el Decreto Supremo N° 101-2001-PCM, ratificando la importancia y necesidad de una Comisión de la Verdad que siente las bases para la reconciliación nacional. Fue así como el nombre de esta Comisión cambió a Comisión de la Verdad y Reconciliación, ampliando el número de los comisionados de 7 a 12 y otorgándoles un mes más de plazo para la entrega de su IF.

Luego de la creación oficial de la CVR, muchos peruanos se preguntaron quién sería la persona encargada de asumir la enorme responsabilidad de presidir la CVR y quiénes lo acompañarían en esta trascendental tarea. Las dudas fueron absolutamente despejadas cuando el país supo que el Dr. Salomón Lebres Febres, rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, filósofo y catedrático universitario con una trayectoria académica notable y un compromiso ético con los derechos humanos reconocido a nivel nacional e internacional, sería el encargado de conducir la CVR.

Este dato nos obliga a formularnos una segunda pregunta: ¿Ustedes creen que el Dr. Salomón Lerner Febres, rector de una de las mejores 20 universidades de Latinoamérica, impulsor tenaz de una cultura de paz y tolerancia tanto dentro como fuera de los claustros universitarios iba a aceptar presidir una CVR para encubrir los crímenes cometidos por el Estado o por los movimientos terroristas? No, evidentemente no.



El Dr. Salomón Lerner es un caballero a carta cabal y un hombre de paz, admiten con reticencia los críticos más duros de la CVR, pero los otros comisionados son “unos terroristas encubiertos y/o unos siervos de las FF.AA y PNP”, afirman los extremistas sin tomar en consideración la gravedad de estas imputaciones y el profundo daño moral que las mismas le ocasionan no solo a los comisionados sino también a sus familias. Pero las mentiras tienen patas cortas, y así lo demostramos a continuación.

Los otros 11 miembros de la CVR eran personas que provenían de diversos sectores pero todas ellas presentaban una hoja de vida intachable forjada gracias a sus innegables virtudes académicas, profesionales y personales. Ellos fueron: Luis Arias (General FAP), José Antúnez de Mayolo (Sacerdote Salesiano), Humberto Lay (Pastor Evangélico), Gastón Garatea (Sacerdote de la Recoleta), Enrique Bernales (Constitucionalista), Carlos Iván Degregori (Antropólogo), Rolando Ames (Sociólogo), Beatriz Alva (Abogada), Sofía Macher (Ex Secretaria de la CCNNDDHH), Alberto Morote (Ingeniero y ex Rector de la Universidad San Cristóbal de Huamanga), Carlos Tapia (Analista Político y Senderólogo) y Luis Bambarén (Obispo y Presidente de la Conferencia Episcopal) que se unió a la CVR como observador.

Frente a este último apunte, no cabe sino formularnos una tercera pregunta: ¿Ustedes creen que personalidades de estas características -un General y cuatro religiosos- aceptarían formar parte de una CVR para encubrir los crímenes cometidos por el Estado o por los grupos terroristas? No, evidentemente no.


Si ello es así, si la verdad es tan evidente: ¿Por qué los extremistas de derecha e izquierda mienten? Muy simple, a ellos no les interesa reconocer la verdad, menos la justicia, y muchos menos la reconciliación. Verdad, justicia y reconciliación son palabras políticamente peligrosas para ellos.

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sábado, 1 de agosto de 2015

PREGUNTAS Y RESPUESTAS HACIA EL FINAL DEL GOBIERNO DE OLLANTA HUMALA



¿Te arrepientes de haber votado por Ollanta Humala (OH) en la segunda vuelta de 2011?

Es la pregunta que durante estos 4 años de Gobierno me han formulado familiares, amigos, alumnos y gente en las redes sociales. Mi respuesta es la siguiente: No. Creo, como siempre lo he señalado, que mi voto fue más anti-keiko que pro-Humala, ya que para mí, como para la mayoría de los peruanos en la elección pasada, Keiko Fujimori y su movimiento representaban una amenaza mucho mayor para la democracia y el Estado de Derecho en el Perú.

¿Acaso OH no presentaba también un discurso populista anti-sistema peligroso para la democracia y la economía en el Perú?

Sí, les respondo a mis interlocutores, pero era únicamente eso: un discurso. Creo que quienes vaticinaban que OH seguiría la línea populista, estatizante y autoritaria de Hugo Chávez y de los países bolivarianos se equivocaron rotundamente. Yo, jamás creí en esa hipótesis, pues consideré que las condiciones estructurales del Perú en 2011 no eran las que encontró Hugo Chávez en Venezuela (aguda crisis económica, política, institucional y vacío de poder).

Además, ni OH ni su partido gozaban del respaldo político necesario para dirigir al país rumbo al socialismo del siglo XXI. Para mí, la presión ejercida por los grupos de interés (grandes conglomerados económicos, la prensa, la Iglesia y las Fuerzas Armadas, entre otros) harían que el nuevo presidente, más temprano que tarde, abandone, tal y como ocurrió, los planteamientos expuestos en su ya olvidada “Gran Transformación”:

¿Entonces, crees que el Gobierno de OH ha sido bueno?

No, naturalmente no. Nadie que tenga un mínimo de formación política y tenga acceso a información básica podría afirmar ello. El Gobierno de OH ha sido, como señala Levitsky, más o menos lo que se esperaba, un Gobierno mediocre, sin capacidad política, débil e impopular. Se trata de un Gobierno que nunca encontró un rumbo político, que abandonó su posición de izquierda pero que no terminó siendo de derecha, como equivocadamente afirman algunos “imparciales” analistas. Como alguna vez dijo un partidario del PRI mexicano: este Gobierno no ha sido ni de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario.



En todo caso, lo que sí ha ocurrido con este Gobierno (lo señalé hace dos años) es que políticamente terminó quedándose absolutamente solo. Se trata de una soledad que se inició con el alejamiento de Salomón Lerner luego del conflicto social desatado en Conga (Cajamarca) y terminó privando al presidente del apoyo y consejo de los asesores que lo habían acompañado durante la elección de 2011 -y muchos desde la de  2006-. Eso, para un presidente con escasa experiencia, carente de un partido que lo blinde políticamente y le ofrezca cuadros para asumir responsabilidades al interior del Ejecutivo fue un grave error.

¿Pero otros presidentes como Alejandro Toledo no contaban al llegar al Gobierno con un partido político sólido que los apoye?

Eso es cierto, pero la virtud de AT, al que ahora resulta impopular reconocerle algún mérito, fue convocar a personalidades con mucho mayor peso y prestigio político para integrarse a su Gobierno y ayudarlo a hacer política. En otras palabras, AT entendió que si no construía –o al menos trataba- de forjar alianzas y coaliciones, su régimen quizás se hubiese desplomado antes de acabar su mandato.

¿Es responsable el presidente OH de la soledad política en la que se encuentra?

Sí, absolutamente. El presidente jamás comprendió la complejidad de las funciones de Gobierno ni la importancia del liderazgo a la hora de convocar aliados que le permitieran avanzar con una agenda política mínima capaz de concretizar algunas –todas es imposible- las reformas estructurales que el país necesitaba. El, estoy seguro, sabía que no contaba al interior de su partido (el término partido en este caso es una exageración del lenguaje) con voceros políticos de fuste que salieran a los medios a defender las decisiones del Gobierno, impulsar las reformas (las que tímidamente formularon) o blindarlo políticamente de los ataques de los rivales de turno: el fujimorismo y el aprismo, básicamente.

Sin embargo, y a pesar de reconocer la debilidad de su partido, el presidente no hizo otra cosa que ir alejando de su círculo inmediato a su mejor gente, para finalmente, quedarse al lado de la única persona en quien confía: Nadine Heredia, su esposa. El problema con este comportamiento es que para gobernar un país tan difícil como el Perú no bastan los consejos de la persona con la que se comparte el lecho matrimonial, se requiere de personalidades que perteneciendo a diversos sectores -democráticos todos, claro está- le aseguren al Gobierno cierta tranquilidad y fuerza para resistir el desgaste de 5 largos años de mandato. Pero para ello, el presidente OH debía convocar a las mejores personas, algo que jamás hizo, o en el peor de los casos, jamás le interesó hacer.



La mayor prueba de esta debilidad y soledad política ha sido lo ocurrido en el Congreso el día 26JUL2015 con la elección de la Nueva Mesa Directiva para el periodo 2015-2016. Para comenzar, el partido de Gobierno no tuvo la suficiente capacidad como para presentar un candidato/ta propio que le permita asegurar la conducción del Parlamento en este último tramo. Como lo ha señalado el propio ex vicepresidente, Omar Chehade, el Gobierno perdió este partido por walk-over. Pero lo más alarmante para el oficialismo, es que la lista ganadora de Luis Ibérico terminó imponiéndose a la que apoyaba el presidente OH por una diferencia (15 votos) que ni el más entusiasta de sus aliados hubiese imaginado. ¿Por qué ocurrió eso? Porque varios de los que antes votaban con el Gobierno esta vez le dieron la espalda –incluso parlamentarios del propio nacionalismo-.

Finalmente, ¿Por qué era importante ganar la Mesa Directiva del Parlamento?

La respuesta es muy simple: quien controla la Mesa Directiva controla la agenda del Congreso, y por ende, tiene la facultad de decidir qué temas se debaten y qué temas no. Como bien lo ha señalado mi amigo y colega Heber Campos Bernal, en un año electoral donde golpear y atacar al Gobierno se convertirá en el pan de cada día, tener el control de la agenda del Parlamento significa tener la potestad de herir más o menos al Gobierno.  Pero al mismo tiempo, garantiza que las críticas y los golpes que puedan recibir los líderes (candidatos en 2016) de la oposición sean mínimas.


Entonces, señores del Gobierno, comprenden ahora por qué era importante ganar esta elección, por qué era importante controlar la Mesa Directiva como sí lo hizo el APRA durante sus 5 años de Gobierno. ¿Por qué creen que en estas Fiestas Patrias son los fujimoristas y los apristas los que más celebran?

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