miércoles, 22 de octubre de 2014

EL NUEVO MAPA POLÍTICO REGIONAL Y LOCAL (2015-2018)


El 05 de octubre pasado se llevaron a cabo en nuestro país las Elecciones Regionales y Municipales (ERM 2014). Los resultados de esta jornada electoral confirman lo que ya todo el mundo conoce: la grave crisis de los partidos y el triunfo de los movimientos sub nacionales en el ámbito regional y local.

De todos modos, creemos necesario exponer algunos datos en torno al nuevo mapa político sub nacional que se ha configurado en nuestro país, pues éstos nos ayudarán a comprender la dinámica que las elecciones sub nacionales vienen presentando en el Perú desde hace ya algunos años.

En todo caso, lo que habría que tener presente es que en este proceso electoral los partidos y movimientos sub nacionales se disputaron un total de 25 presidencias regionales, 195 alcaldías provinciales y 1,843 alcaldías distritales. Entonces, para analizar la performance de los actores políticos uno debe superponer los resultados electorales sobre estas jurisdicciones, para luego, determinar cuáles son los colores de este nuevo mapa político.

¿Qué pasó a nivel regional?

Lo primero que habría que decir es que en por lo menos (18) regiones el vencedor de la jornada electoral es un movimiento regional -pueden ser más, dependiendo de los resultados de la segunda vuelta-. Este dato es importante pues en las primeras elecciones regionales del año 2002, fueron los partidos los que lograron imponerse en (17) gobiernos regionales.


Asimismo, tenemos que “únicamente (4) presidentes regionales alcanzaron la reelección en la primera vuelta. Nos referimos específicamente a lo ocurrido en las regiones de Ayacucho, Cajamarca, Callao y Lambayeque. Esto es importante  si recordamos que las autoridades regionales reelectas fueron (6) en 2006 y (2) en 2010, respectivamente.

Cabe señalar que el número de presidentes regionales reelectos puede llegar a seis (6) si tanto en Junín como en Pasco, la autoridad regional que busca reelegirse se alza con el triunfo en la segunda vuelta. Ahora bien, han sido los presidentes regionales de Cajamarca (Gregorio Santos) y Callao (Félix Moreno) los que han logrado su reelección con los más altos porcentajes de votación. Por su parte, Jaime Rodríguez en Moquegua fue el candidato que alcanzó la presidencia regional con la mayor votación (49%).

En esa línea, tenemos que en trece (13) regiones se llevará a cabo la segunda vuelta electoral (fueron (10) en 2010). Cabe anotar que en ese año, de los (10) casos de segunda vuelta, en la mitad de ellos (5) resultaron ganadores quienes habían quedado en segundo lugar en la primera vuelta. Es necesario señalar que la segunda vuelta o ballotage es una figura que no se presenta en elecciones sub nacionales en ningún otro país de América Latina, ya que como se sabe, la segunda vuelta está pensada únicamente para el caso de las elecciones presidenciales.


Finalmente, sobre la participación política regional de la mujer, debemos anotar que Yamila Osorio Delgado podría ser la única presidenta regional de (25) posibles, si logra imponerse a Javier Ísmodes en la segunda vuelta electoral en Arequipa.

¿Qué pasó a nivel provincial?

En las provincias se confirmó la tendencia regional. Decimos ello pues del total de alcaldes de municipios provinciales capitales de departamentos (25), solamente (4) han sido reelegidos.

¿Qué pasó en Lima Metropolitana?

En Lima Metropolitana, tal y cómo se esperaba, no se registró mayor sorpresa ya que el favorito en las encuestas, Luis Castañeda Lossio (Partido Solidaridad Nacional) logró imponerse cómodamente al resto de candidatos alcanzando el (50,73%), seguido por Enrique Cornejo del Partido Aprista Peruano (17,67%), Susana Villarán de Diálogo Vecinal -que tentaba la reelección- (10,58%), y otros (10) candidatos que no registraron porcentajes de votación mayores al (5,94%).


Pero detengámonos un momento en este punto para hacer algunas importantes precisiones: 1) De las (13) listas que compitieron sólo (1) –la de la actual alcaldesa, Susana Villarán- era de alcance provincial, el resto eran partidos nacionales; 2) La diferencia porcentual (33%) obtenida entre el ganador (Luis Castañeda Lossio) y el segundo (Enrique Cornejo) es la mayor en la historia de las elecciones limeñas; y 3) Luego de Jorge Del Castillo (Partido Aprista Peruano) en 1989, todos los alcaldes que intentaron la reelección, salvo Susana Villarán, alcanzaron este objetivo.

¿Qué pasó en los distritos de Lima Metropolitana?

En las distritales capitalinas los resultados contrastan con los obtenidos a nivel regional. Así, tenemos que sólo en (3) distritos el ganador fue un movimiento independiente. Nos referimos específicamente a lo ocurrido en los distritos de Chorrillos, Magdalena del Mar y Villa el Salvador. Eso quiere decir que en los (45) distritos restantes, fueron los partidos –algunos de perfil únicamente municipal- los que triunfaron en esta elección.

Pero veamos cómo se repartió el mapa electoral en los distritos limeños. El Partido Solidaridad Nacional se impuso en (18) distritos, seguido del Partido Popular Cristiano (8), Partido Chim Pum Callao (5), Partido Somos Perú (4), Partido Siempre Unidos (4), Partido Perú Patria Segura (3), Partido Alianza para el Progreso (2) y Partido Perú Posible (1).


Estas cifras nos permiten afirmar que el gran vencedor en este proceso electoral fue el Partido Solidaridad Nacional que logró capitalizar el denominado “voto de arrastre” obtenido por su candidato Luis Castañeda Lossio. Esto último pone en evidencia la importancia que tiene la candidatura metropolitana, pues opera como un espaldarazo para las candidaturas distritales. Algo que no ocurrió “únicamente” en 2010, proceso en el cual la agrupación de Susana Villarán (Fuerza Social), a pesar de haber alcanzado la alcaldía metropolitana, no logró vencer en ningún distrito capitalino.

Las cifras del ganador de la jornada contrastan con los magros resultados obtenidos por el Partido Popular Cristiano, más si se tiene en cuenta que en 2010 este partido obtuvo la victoria en (15) distritos. Pero si los resultados de este partido son negativos, peores han sido los que obtuvieron tanto el Partido Aprista Peruano, Fuerza Popular y Acción Popular, respectivamente. Estas tres agrupaciones no ganaron ningún distrito, a pesar de haber presentado candidatos en varios de ellos.

Finalmente, sobre la participación política municipal de la mujer, debemos anotar que Leonor Chumbimune (Partido Solidaridad Nacional) en el distrito de Santa María, ha sido la única mujer elegida como alcaldesa para este periodo municipal.


¿Cómo explicar estos resultados?

A la luz de los datos que arroja este nuevo mapa político, creemos fundamental recordar la opinión vertida por el profesor Steven Levitsky, sobre la manera cómo vota el ciudadano peruano en una elección sub nacional: “La experiencia de crecer y vivir en Huancavelica, Ilave, Yurimaguas, o San Isidro genera distintas identidades, expectativas, e intereses, y, por supuesto, ideas políticas”, señaló el politólogo de Harvard.

Entonces, teniendo en cuenta ello,  si consideramos el alto nivel de desprestigio de los partidos en nuestro país, no debería sorprendernos que a nivel sub nacional, los electores prefieran opciones con las cuales  se sienten mucho más identificados. En otras palabras, podemos no compartir las preferencias del electorado en Cajamarca, Puno, o San Isidro, pero lo que no podemos hacer es negar la legitimidad de estas preferencias.

No obstante lo señalado, lo verdaderamente preocupante de los resultados de este 05 de octubre pasado, es el nivel de fragmentación, desarticulación y desnacionalización de la política peruana. Hecho, que sin lugar a dudas, hace más evidente la falta de capacidad de los partidos para agregar intereses y articular demandas a nivel nacional.



Del mismo modo, podemos constatar que el éxito de estos movimientos sub nacionales, obedece -en muchos casos- a una táctica electoral basada en prácticas caudillistas y clientelistas, que replican un sistema de reproducción endogámica (cacicazgos locales). Si a todo ello le sumamos la debilidad y falta de legitimidad de los partidos, en la medida en que la ciudadanía siente que no participa en la elección de los candidatos que los representan ni de los supuestos beneficios que ellos ofrecen, eso explica por qué los partidos han sido barridos en el ámbito sub nacional.

Sobre este punto, otro dato a tomar en consideración es que el partido del presidente Ollanta Humala, haya decidido no participar en estas elecciones. Eso quiere decir que en el nuevo mapa político, el partido de Gobierno no cuenta con ningún gobierno regional. Esto hace que la posibilidad de articular un discurso político nacional sea nula. Situación que a su vez genera graves problemas de gobernabilidad y estabilidad ya que el partido Oficial, responsable de viabilizar la adopción de decisiones políticas de alto nivel, carece de autoridades a nivel sub nacional.

Si a eso le sumamos que los otros partidos (algunos con participación en el Congreso) tampoco han alcanzado éxito electoral a nivel regional, queda claro que la posibilidad de impulsar reformas políticas a nivel nacional o proyectos de desarrollo a gran escala, que no generen resistencia como Conga (Cajamarca), también se ve seriamente limitada, y ello porque como hemos podido apreciar: los partidos han colapsado en el ámbito sub nacional.


Pero además de lo ya señalado, retomando lo dicho en torno al tipo de estrategia electoral utilizada por muchos de los movimientos sub nacionales, que se caracteriza por el comportamiento caudillista y clientelista de la élite regional y local, debemos señalar categóricamente que en el ámbito sub nacional también se reproduce la misma falta de vocación institucional exhibida por los partidos a escala nacional. Eso quiere decir que para los movimientos sub nacionales, al igual que lo que ocurre a nivel de los partidos,  el interés radica exclusivamente en el poder, con el principal objetivo del reparto de prebendas estatales extraídas de la Administración Pública.

Esto último es sumamente peligroso ya que hace pensar a la ciudadanía que las instituciones políticas no son otra cosa que realidades carentes de sentido, que no van más allá de la pugna de los partidos por coparlas en beneficio de sus líderes y dirigentes.


Es por ello que cuando a nivel sub nacional se presentan movimientos verdaderamente preocupados por la institucionalización de la política, éstos tienen que luchar primero contra sus propias prácticas y con el descrédito de las propias instituciones que ellos alimentaron. En este proceso estamos actualmente, tanto a nivel nacional, regional y local. Por lo que dependerá de los líderes políticos de todos los niveles revertir o afianzar esta perniciosa manera de entender la política. ¿Podrán hacerlo? Esa es la gran pregunta que los políticos deben resolver.

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viernes, 10 de octubre de 2014

MARIO VARGAS LLOSA



Existen momentos en la historia de un país que merecen ser recordados siempre. Este fue uno de ellos. El 7 de octubre de 2010, la Academia sueca, le otorgó a Mario Vargas Llosa (MVLL), el Premio Nobel de Literatura. Hoy, 4 años después de este suceso, creemos importante recordar a MVLL como lo que es: el literato más importante de la historia de nuestro país, autor de una de las obras más prolíficas en lengua castellana.

Yo conocí la obra de MVLL a los 14 años. Cursaba el segundo año de secundaria en un colegio particular de la gran Lima, y para mí las clases de literatura eran las 4 horas más esperadas de toda la semana. Eran, en palabras de MVLL, una puerta de escape a la realidad, una realidad que ya desde ese entonces me empezaba a parecer limitante y limitada. Me preguntaba: ¿Por qué el hombre debe conformarse con la vida que el destino le asignó cuando a través de los libros uno puede, aunque sea por breves instantes, ser uno y mil hombres a la vez, ser un mosquetero, un escapista, un revolucionario, o simplemente un niño que escapa por las azoteas? ¿Por qué no atreverse a vivir en el universo de las ficciones verdaderas?

Debo confesar que gracias a algunos escritores, pero sobre todo a MVLL, comencé a descubrir el efecto mágico que la literatura como campo de la cultura puede tener en los seres humanos. MVLL, con “La ciudad y los perros” -su primera novela-, me convirtió rápidamente en un auténtico devorador de libros, un lector de madrugadas, un joven de libro bajo el brazo, pero sobre todo, en un ser humano capaz de cerrar los ojos y empezar a soñar. Eso también se lo debo a MVLL.


Al cabo de algunos años, y luego de haber leído y releído las aventuras de Alberto Fernández, el poeta de “La Ciudad y los perros”, me encontré con la que a mi gusto es la novela más completa de MVLL, la novela total como él mismo dice: “La Conversación en la catedral”, libro capital en la prolífica obra literaria vargasllosiana. Si alguien ha cometido un deicidio, si alguien ha podido recrear la obra de Dios en algunos cientos de páginas, si alguien puede decir que una novela de su autoría representa la obra sagrada de un creador, ese es MVLL refiriéndose a “La Conversación en la Catedral”. La obra con más de 500 páginas nos transporta a la Lima de la primera mitad del siglo XX.  Y es Zavalita, ese mismo que se atrevió a preguntarse y preguntarnos a todos los lectores en qué momento se jodió el Perú, el protagonista de esta gran novela, cuyas páginas he engullido -cuando menos- una decena de veces.

Zavalita, al inicio de la novela, deambulando por la avenida Tacna, se encuentra con Ambrosio, chofer de su padre y empleado de su familia de toda la vida, a quien luego de unas breves palabras, e impaciente por descubrir la verdad, armado de valor le pregunta si su padre fue quien mandó matar a Queta. Zavalita jamás imaginó que esa pregunta sería la llave que nos abriría la puerta de un camino en el cual las mentiras, las falsas verdades, los negruzcos pasajes de su vida familiar y de la vida nacional, se cruzan y superponen, teniendo como telón de fondo los oscuros años del odriísmo, un gobierno marcado por el abuso y el autoritarismo.

Es así como Zavalita empezará a conocer parte de esas truculentas historias, muy a pesar de su propio dolor y el de todos los que convertimos a Zavalita en el amigo con quien conversar de noche, bajo la lámpara de un escritorio, sufriendo junto a él sus tristezas y celebrando sus victorias, victorias que son las de todo ser humano, de todo hombre de carne y hueso, de todo aquel que venciendo el miedo y el oscurantismo se atreve a cuestionar la realidad y a ir en búsqueda de la verdad.


Ese es el sello de MVLL, los personajes vargasllosianos son seres profundamente humanos, con defectos y virtudes como cualquier mortal, no pretenden convertirse en modelo de nadie, mucho menos de ellos mismos. Tanto Alberto como Zavalita, por citar solo a dos de los personajes más famosos que la pluma de MVLL ha creado, son justamente eso, jóvenes que de una u otra forma representan algo más que un tiempo o una época, o un modo de ser peruano, o un modo de vivir el Perú.

Ambos, cada uno en su mundo y sus circunstancias se aproximan y van en búsqueda de lo que está detrás, no se comprometen con autoridad o institución alguna. Alberto, en “La ciudad y los perros”, muerto de miedo por la brutalidad y violencia con que el Jaguar y los miembros del “Círculo” tratan a los compañeros de clase en el Leoncio Prado, decide denunciar ante el teniente Gamboa el asesinato de Arana, del esclavo. Alberto sabe que poner en evidencia aquel suceso, sacar a la luz tremendo episodio no contará con la aprobación de la institución militar, de una institución a la cual él siempre vio como autoritaria, violenta y abusiva.

A pesar de ello, sabedor de todas y cada una de las consecuencias que este acto de coraje individual le acarrearían decide ir al frente e impedir que el asesinato del esclavo, de su amigo Arana, quede impune. Con ese mismo valor se agarra a trompadas en la celda con el Jaguar, él sabe que serán mayores las trompadas que reciba a las que propine, pero sabe también que llega el momento en la vida de un hombre en el que no hay vuelta atrás, llega el momento en el cual es preferible morir magullado que evitar el combate, llega el momento en el que un hombre debe rebelarse ante la adversidad, vencer sus miedos y atreverse a ser libre.


Dicen que los personajes creados por los grandes narradores, por los genios de la literatura, dentro de los cuales -y mucho antes de recibir el premio Nobel ya se encontraba MVLL- llevan en sus entrañas el sello de su genio creador. Quizás no sean altos, bajos, gordos o flacos como el hombre que les dio la vida, pero el lazo de afinidad, la conexión casi sanguínea que Alberto y Zavalita tienen con MVLL, es una relación verificable en el ADN de estos tres hombres. Alberto y Zavalita, son seres que sin quererlo y saberlo comparten una pasión, la pasión por lo imposible, una pasión que también ha acompañado a MVLL a lo largo de toda su vida.

Ambos son hombres que se sacrifican, son hombres que se rebelan ante la adversidad y que cuestionan constantemente el sistema, ambos apuestan por la utopía, ambos saben que son soldados de batallas que desde el inicio estuvieron perdidas, pero a pesar de ello, deciden, libre y voluntariamente ir a la lucha. Dicho de otro modo, el mundo literario de MVLL es el mundo de hombres que instintivamente van en búsqueda de su libertad, hombres que sin importar el camino a recorrer, el obstáculo que sortear, la barrera que traspasar deciden sacrificar sus sueños, su alma, su propia vida para ir al encuentro de esa utopía que los convertirá en seres auténticamente libres.

Alonso Cueto, en un artículo titulado “Mario Vargas Llosa. La aventura moral”, al hablar sobre los personajes vargasllosianos afirma que estos son seres que se mueven, que transitan por el mundo impulsados por dos instintos, el instinto de la libertad y el del sacrificio. Ambos, dice Cueto, son cruciales en la formación de una personalidad, son el tatuaje identificador de los Albertos o los Zavalitas. Ambos son instintos complementarios, es imposible lograr la libertad sin una determinada cuota de sacrifico, y no es posible hablar de un sacrifico si este no se elige libremente.


Por eso los personajes de MVLL, afirma Cueto, se parecen a su creador, pues a pesar de las caretas, de las persecuciones venidas desde lo más alto del poder, de los estereotipos y otros hábitos o costumbres aletargantes o uniformizantes, estos no ceden al chantaje, reclaman y exigen ser libres, deciden no transar con nadie, a ningún precio ni en ninguna circunstancia, son intrínsecamente subversivos, pues tratan de subvertir el orden establecido, lo critican, lo cuestionan, luchando por un mundo, en el cual la verdad prevalezca sobre las apariencias de las instituciones. Inmunes a todo tipo de chantaje, renuentes a ver perdida su individualidad a manos de algún dogma, religión o ideología, los personajes de MVLL se autoproclaman libres, soberanos, dueños de su propio yo y forjadores de su propio destino.

Un día como hoy (07/10), MVLL recibió el nobel que tantas veces le fue esquivo. La Academia, al explicar las razones por las cuales decidió concederle el premio dijo: "Por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota”. Yo creo que MVLL recibió este premio por algo más, por muchas otras cosas más. Yo creo que MVLL recibió el Nobel también por su genuina voluntad e indesmayable lucha a favor de los valores de la libertad y la democracia, pues a pesar de sus detractores, MVLL ha sido, desde hace mucho, un acérrimo defensor de los valores individuales, de los derechos y libertades de hombres y mujeres a nivel mundial, opositor tenaz de dictaduras y gobiernos autoritarios, crítico feroz de caudillos totalitarios que hicieron del atropello, el abuso y la arbitrariedad sus mejores armas. MVLL, creo yo, puede hoy mirar atrás con orgullo, y ver una vida llena de batallas afrontadas, unas ganadas, tantas otras pérdidas, pero batallas en las cuales jamás se permitió flaquear en cuanto a la defensa de sus más firmes convicciones.

MVLL dijo alguna vez que la vida de los hombres lleva el sello de los libros, de los grandes libros que alguna vez leyeron, de esas obras que quedarán grabadas por siempre en lo más profundo de la memoria. Si fuera el Perú un hombre, si nuestro país tuviese una identidad corpórea, si fuese de carne y hueso, estoy seguro que llevaría en ese rincón todas y cada una de las obras de MVLL. 

Digo todo ello, pues MVLL nos ofrece en cada cuento, en cada novela, en cada artículo periodístico, múltiples razones por las cuales seguir luchando y no ceder ante el miedo, el chantaje, la adversidad, el abuso o el autoritarismo. Siempre es posible quebrar la realidad, ya que la vida no es una suma de sucesos fortuitos, la realidad no responde a leyes metafísicas que organizan de manera inamovible la vida del hombre, la realidad es un espacio abierto para la transformación y el permanente cambio. La realidad es un espacio para la libertad.



MVLL ha sido y es justamente eso. Un hombre rebelde por naturaleza, un amante y defensor a ultranza de la autonomía individual. MVLL, ya sea desde sus novelas, sus apariciones públicas o su fugaz paso por la política activa ha mostrado siempre su rechazo a todo tipo de imposición irracional, ya sea religiosa, política, económica o cultural. MVLL ha hecho de la defensa de la libertad y la democracia, el elemento identificador por excelencia de su pensamiento político y ético. Esa será la contribución de MVLL a la vida cívica de nuestra patria.

Él que ha sido capaz de romper el pacto infame de hablar en voz baja, de criticar y enfrentarse al poder más atemorizante, capaz, incluso, de decir aquello que nadie quiere escuchar pero que todos prefieren olvidar, de llamar dictador a quien lo merece, de llamar cleptócrata -cuando nadie lo hacía- a un presidente que hoy purga condena por delitos de corrupción y violación de derechos humanos, nos abre los ojos a través de sus obras, y pone en evidencia la enorme tarea que aun resta por hacer en nuestro país, y en toda nuestra América Latina.


Por todas estas razones, quise hoy recordar aquel 7 de octubre de 2010, fecha en la cual MVLL recibió el máximo galardón literario de la humanidad. Permítanme, entonces, terminar esta columna con las palabras de un admirador de la obra vargasllosiana, permítanme finalizar este escrito diciendo: “Muchas gracias don MVLL, gracias por sus obras, gracias por despertar en mí esa pasión incandescente por la literatura, gracias por encender en mi juventud la llama de la libertad, gracias por hacerme saber que no existe otra forma de gobierno capaz de salvaguardar los derechos y las libertades de los seres humanos que no sea la democracia. Gracias por eso y por mucho más. Gracias por permitirme decir con orgullo y soberbia de fanático lector que en mi biblioteca descansan dos libros dedicados de puño y letra por un premio Nobel.

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¿TIENE FUTURO LA DEMOCRACIA?


Para responder a esta pregunta, tomaremos como referencia el libro escrito por Norberto Bobbio a mediados de la década de 1980, titulado “El futuro de la democracia”, una obra que reúne una selección de textos que el autor escribió a lo largo de los años sobre las llamadas “transformaciones de la democracia”.

Se trata, como se lee en la introducción, de un estudio que nació como una conferencia sostenida en 1983 en el Palacio de las Cortes de Madrid, y que fue posteriormente, corregida y aumentada, para ser presentada como disertación introductoria en el Congreso Internacional “Ya comenzó el futuro”, llevado a cabo en Locarno en 1984.

¿Por qué leer hoy “El futuro de la democracia”?

Como lo señala el propio autor: “Todos los textos reunidos en este libro tratan problemas generales y elementales. Están escritos para un público que se interesa por la política, y no para los especialistas. Son textos que en otros tiempos se habrían llamado de filosofía popular. Los mismos que han sido elaborados a partir de una preocupación esencial: hacer descender la democracia del cielo de los principios a la tierra donde chocan fuertes intereses, a partir de un lenguaje claro y sencillo”.

Democracia Ideal versus Democracia Real

En pocas palabras, lo que el autor hace en este libro es básicamente presentar las transformaciones de la democracia dentro de la línea de las “falsas promesas” o de la diferencia entre la “democracia ideal” como fue concebida por sus padres fundadores y la “democracia real” como la vivimos, con mayor o menor participación, cotidianamente.


Una definición mínima de democracia

Ahora bien, antes de pasar a exponer las principales críticas que el autor hace al modelo de democracia, señalando los obstáculos que todo régimen democrático debe sortear en su proceso de consolidación y profundización, es necesario hacer una precisión conceptual en torno al término “democracia”.

Para el autor, la única manera de entenderse cuando se habla de democracia, contrapuesta a todas las formas de gobierno autocrático, es considerarla como un “conjunto de reglas fundamentales que establecen quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimiento”. Una definición de corte procedimental, que ha sido duramente criticada por quienes adoptan un enfoque más sustantivo (Guillermo O’donnell, por ejemplo).

Seis grandes críticas al modelo ideal de democracia (o las falsas promesas)

Como ya lo anticipamos, para el autor, existe una gran diferencia entre la democracia ideal y la democracia real. Esto hace, que con la democracia ocurra algo que es frecuente en la historia de la humanidad: “Aquello que fue concebido como noble y elevado se ha vuelto una cruda realidad, así Grecia se volvió Roma, como la Ilustración rusa se convirtió en la Revolución rusa”. Esto nos obliga a marcar el contraste entre lo que había sido prometido y lo que se realizó efectivamente. Por eso a continuación resumiremos las seis grandes críticas al modelo ideal de democracia (las falsas promesas) que se exponen en este libro:


1)      El individuo no es el actor central
La democracia ideal nos prometió que serían los individuos los actores centrales de la vida política de la nación. Sin embargo, lo que ha sucedido en los estados democráticos es exactamente lo opuesto: los grupos se han vuelto cada vez más los sujetos políticamente relevantes, organizaciones, asociaciones, sindicatos, partidos y conglomerados empresariales son los verdaderos protagonistas en una sociedad democrática, en la que ya no es el pueblo o la nación quienes detentan el poder político último, sino más bien es el pueblo dividido en grupos, que compiten entre ellos, los encargados de ejercer el poder real. En otras palabras, se pasó del modelo ideal de sociedad monocéntrica o centrípeta a la realidad de una sociedad policéntrica o poliárquica.

2)      El ideal representativo

La democracia ideal se construyó sobre la base del ideal representativo (en oposición a la idea de mandato imperativo), es decir por una forma de representación en la que el representante elegido se convierte en guardián de los intereses de la nación y no en representante obligatorio de los intereses de quienes lo eligieron. Sin embargo, la cruda realidad democrática nos dice que no hay principio constitucional más violado que el de gobierno representativo. ¿O es que existe algún criterio general que permita distinguir el interés general del interés particular de este o de aquel grupo, o de la combinación de intereses particulares de grupos que se ponen de acuerdo entre ellos en detrimento de otros?

3)      La competencia de las oligarquías

La democracia ideal nos ofreció igualdad entre todos los ciudadanos, bajo la convicción de que no había nada más dañino para la vida cívica de una sociedad que el poder oligárquico capaz de poner a su servicio al Estado y a sus representantes. Sin embargo, lo que caracteriza a la democracia real no es la ausencia de una élite sino la presencia de muchas élites que compiten entre ellas por la conquista del voto popular (producto de la profesionalización de la política y también de la indiferencia de la mayoría de los ciudadanos por los asuntos públicos). Entonces: ¿La democracia es el gobierno de los ciudadanos o de las élites organizadas?


4)      Los espacios de poder

La democracia ideal buscaba ocupar todos los espacios en los que se ejerciera el poder político. Sin embargo, la democracia real ha mostrado que además de no haber logrado derrotar totalmente al poder oligárquico mucho menos ha conseguido penetrar en todas las áreas en las que se ejerce un poder capaz de tomar decisiones que se vuelven obligatorias para un completo grupo social. En otras palabras, cuando deseamos conocer si la democracia se ha desarrollado en un determinado país, se debería investigar no si aumentó o disminuyó el número de quienes tienen derecho a participar en las decisiones que les atañen, sino los espacios en los que pueden ejercer ese derecho. ¿Cómo democratizamos a la empresa? ¿Cómo democratizamos a la Administración Pública? Mientras ello no ocurra el proceso de democratización no podrá considerarse realizado plenamente.

5)      El poder invisible

La democracia ideal prometió acabar con los poderes invisibles, con ese poder que desde las sombras era capaz de manipular a quienes debían tomar las decisiones en nombre de los ciudadanos de toda una comunidad. Sin embargo, la democracia real no ha sido capaz de frenar el poder oscuro de las mafias, el narcotráfico, los servicios secretos no controlados, la subversión, entre otros. Por tanto, si quienes deben controlar y velar por el bien común se encuentran severamente influenciados por el poder de estos grupos, ¿Quién evitará que los representantes de la comunidad política no se pongan al servicio de los intereses de estos grupos que actúan desde las sombras?

6)      La educación y la virtud cívica

La democracia ideal se construyó bajo la idea de que la única manera de hacer que un hombre deje de ser súbdito para convertirse en ciudadano era atribuirle aquellos derechos que le permitieran desarrollar actividad cívica, y que para ello era imprescindible que los ciudadanos recibieran una educación para la democracia que los convirtieran en sujetos activos y no pasivos del proceso político, pues los gobernantes (sobre todo los despóticos) prefieren a los ciudadanos pasivos porque es más fácil tener controlados a súbditos dóciles e indiferentes que a ciudadanos cívicamente activos. Sin embargo, la democracia real nos viene demostrando que lo que se impone en el mundo actual no es la relación “Ciudadano Activo/Informado-Voto de Conciencia Cívica”, sino más bien la fórmula “Ciudadano Pasivo/Apático-Voto de Clientela”. Entonces: ¿Cómo alcanzar el ideal republicano cuando la apatía reina en la ciudadanía?


Los obstáculos de la democracia

Habiendo llegado a este punto, luego de señalar las críticas al modelo ideal de democracia que el autor expone, corresponde anotar tres ideas en torno a los obstáculos que todo esfuerzo democratizador encuentra a su paso.

1)      El gobierno de los técnicos

La democracia ideal ofreció que el gobierno y el proceso de toma de decisiones podrían ser llevados a cabo por cualquier ciudadano miembro de la comunidad política. También prometió que todos los ciudadanos tenían igual derecho a participar (de manera efectiva) en el Gobierno de la Polis. Sin embargo, el desarrollo de la economía industrial-capitalista hizo que en la democracia real los problemas técnicos sean resueltos por un conjunto cada vez más grande de personal técnico y especializado. Entonces: ¿Quiénes nos gobiernan actualmente: técnicos, políticos o ciudadanos?

2)      La verticalización del poder

La democracia ideal ofreció un sistema de poder horizontal en donde el pueblo y/o los ciudadanos sean los depositarios del poder político. Sin embargo, la modernidad (industrialización) trajo consigo el crecimiento continuo del aparato burocrático, de un aparato de poder ordenado jerárquicamente, del vértice a la base, diametralmente opuesto al ideal que la democracia prescribía. Entonces: ¿Quién es el verdadero actor en una democracia: el ciudadano o el burócrata?

3)      Demandas ciudadanas y respuesta gubernamental

La democracia ideal ofreció establecer una relación mucho más directa entre los ciudadanos y el poder. Sin embargo, el reconocimiento paulatino de derechos civiles y políticos contribuyó a emancipar a la sociedad civil del sistema político. Este proceso ha hecho que la sociedad civil se convierta en una fuente diversa e inagotable de demandas que simplemente ningún gobierno está en capacidad de responder. Entonces: ¿Cómo puede el gobierno responder, si las peticiones que provienen de una sociedad libre y emancipada son cada vez más numerosas, inalcanzables y costosas? Y si no lo puede hacer: ¿Cómo evitamos que la frustración y la insatisfacción generadas por las promesas incumplidas o por las demandas no atendidas no perviertan el orden democrático y terminen generando ingobernabilidad y conflicto?


Conclusión: ¿Por qué creer hoy en la democracia?

En palabras del autor: “Las falsas promesas y los obstáculos imprevistos de los que me he ocupado no han sido capaces de “transformar” un régimen democrático en un régimen autocrático”. ¿Por qué preferir hoy el régimen democrático a un régimen autocrático? Porque el contenido mínimo del régimen democrático es el único capaz de garantizar el ejercicio de las libertades fundamentales del hombre, apostando por elecciones periódicas, libres y competitivas, y porque las decisiones tomadas de manera concertada o en base al principio de mayoría, siempre son el resultado del debate libre entre las partes o entre los aliados de una coalición de gobierno, en donde la ciudadanía tiene mayores posibilidades de participar y ejercer control, en un clima de tolerancia y de no violencia.

Esto quiere decir, como señala el autor, que aun “sin hacer alguna apuesta sobre el futuro de la democracia, mirando el entorno no como filósofos de la historia sino como simples cronistas del presente que se atienen a los hechos y no se permiten hacer vuelos demasiado altos- las democracias existentes no sólo han sobrevivido, sino que nuevas democracias aparecieron o reaparecen allí donde jamás habían existido o habían sido eliminadas por dictaduras políticas o militares”. Eso ha hecho que, la democracia se haya convertido durante las últimas décadas en el denominador común de todas las cuestiones políticamente relevantes, teóricas y prácticas a nivel mundial. Por eso es importante no solo apostar políticamente por el futuro de la democracia, sino profundizar académicamente en su estudio.


Nota: recomendamos otras obras de este autor: Diálogo en torno a la República, Derecha e Izquierda, Liberalismo y Democracia, Igualdad y Libertad, El tiempo de los derechos, entre otras.

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