Existen momentos en la historia de un país que merecen ser
recordados siempre. Este fue uno de ellos. El 7 de octubre de 2010, la Academia
sueca, le otorgó a Mario Vargas Llosa (MVLL), el Premio Nobel de Literatura.
Hoy, 4 años después de este suceso, creemos importante recordar a MVLL como lo
que es: el literato más importante de la historia de nuestro país, autor de una
de las obras más prolíficas en lengua castellana.
Yo conocí la obra de MVLL a los 14 años. Cursaba el segundo año de
secundaria en un colegio particular de la gran Lima, y para mí las clases de
literatura eran las 4 horas más esperadas de toda la semana. Eran, en palabras
de MVLL, una puerta de escape a la realidad, una realidad que ya desde ese
entonces me empezaba a parecer limitante y limitada. Me preguntaba: ¿Por qué el
hombre debe conformarse con la vida que el destino le asignó cuando a través de
los libros uno puede, aunque sea por breves instantes, ser uno y mil hombres a
la vez, ser un mosquetero, un escapista, un revolucionario, o simplemente un niño
que escapa por las azoteas? ¿Por qué no atreverse a vivir en el universo de las
ficciones verdaderas?
Debo confesar que gracias a algunos escritores, pero sobre todo a MVLL,
comencé a descubrir el efecto mágico que la literatura como campo de la cultura
puede tener en los seres humanos. MVLL, con “La ciudad y los perros” -su
primera novela-, me convirtió rápidamente en un auténtico devorador de libros,
un lector de madrugadas, un joven de libro bajo el brazo, pero sobre todo, en
un ser humano capaz de cerrar los ojos y empezar a soñar. Eso también se lo
debo a MVLL.
Al cabo de algunos años, y luego de haber leído y releído las
aventuras de Alberto Fernández, el poeta de “La Ciudad y los perros”, me
encontré con la que a mi gusto es la novela más completa de MVLL, la novela
total como él mismo dice: “La Conversación en la catedral”, libro capital en la
prolífica obra literaria vargasllosiana. Si alguien ha cometido un deicidio, si
alguien ha podido recrear la obra de Dios en algunos cientos de páginas, si alguien
puede decir que una novela de su autoría representa la obra sagrada de un
creador, ese es MVLL refiriéndose a “La Conversación en la Catedral”. La obra
con más de 500 páginas nos transporta a la Lima de la primera mitad del siglo
XX. Y es Zavalita, ese mismo que se
atrevió a preguntarse y preguntarnos a todos los lectores en qué momento se
jodió el Perú, el protagonista de esta gran novela, cuyas páginas he engullido
-cuando menos- una decena de veces.
Zavalita, al inicio de la novela, deambulando por la avenida
Tacna, se encuentra con Ambrosio, chofer de su padre y empleado de su familia
de toda la vida, a quien luego de unas breves palabras, e impaciente por
descubrir la verdad, armado de valor le pregunta si su padre fue quien mandó
matar a Queta. Zavalita jamás imaginó que esa pregunta sería la llave que nos
abriría la puerta de un camino en el cual las mentiras, las falsas verdades,
los negruzcos pasajes de su vida familiar y de la vida nacional, se cruzan y
superponen, teniendo como telón de fondo los oscuros años del odriísmo, un
gobierno marcado por el abuso y el autoritarismo.
Es así como Zavalita empezará a conocer parte de esas truculentas
historias, muy a pesar de su propio dolor y el de todos los que convertimos a
Zavalita en el amigo con quien conversar de noche, bajo la lámpara de un escritorio,
sufriendo junto a él sus tristezas y celebrando sus victorias, victorias que
son las de todo ser humano, de todo hombre de carne y hueso, de todo aquel que
venciendo el miedo y el oscurantismo se atreve a cuestionar la realidad y a ir
en búsqueda de la verdad.
Ese es el sello de MVLL, los personajes vargasllosianos son seres
profundamente humanos, con defectos y virtudes como cualquier mortal, no
pretenden convertirse en modelo de nadie, mucho menos de ellos mismos. Tanto Alberto
como Zavalita, por citar solo a dos de los personajes más famosos que la pluma
de MVLL ha creado, son justamente eso, jóvenes que de una u otra forma
representan algo más que un tiempo o una época, o un modo de ser peruano, o un
modo de vivir el Perú.
Ambos, cada uno en su mundo y sus circunstancias se aproximan y
van en búsqueda de lo que está detrás, no se comprometen con autoridad o
institución alguna. Alberto, en “La ciudad y los perros”, muerto de miedo por
la brutalidad y violencia con que el Jaguar y los miembros del “Círculo” tratan
a los compañeros de clase en el Leoncio Prado, decide denunciar ante el
teniente Gamboa el asesinato de Arana, del esclavo. Alberto sabe que poner en
evidencia aquel suceso, sacar a la luz tremendo episodio no contará con la
aprobación de la institución militar, de una institución a la cual él siempre
vio como autoritaria, violenta y abusiva.
A pesar de ello, sabedor de todas y cada una de las consecuencias
que este acto de coraje individual le acarrearían decide ir al frente e impedir
que el asesinato del esclavo, de su amigo Arana, quede impune. Con ese mismo
valor se agarra a trompadas en la celda con el Jaguar, él sabe que serán
mayores las trompadas que reciba a las que propine, pero sabe también que llega
el momento en la vida de un hombre en el que no hay vuelta atrás, llega el
momento en el cual es preferible morir magullado que evitar el combate, llega
el momento en el que un hombre debe rebelarse ante la adversidad, vencer sus
miedos y atreverse a ser libre.
Dicen que los personajes creados por los grandes narradores, por
los genios de la literatura, dentro de los cuales -y mucho antes de recibir el
premio Nobel ya se encontraba MVLL- llevan en sus entrañas el sello de su genio
creador. Quizás no sean altos, bajos, gordos o flacos como el hombre que les
dio la vida, pero el lazo de afinidad, la conexión casi sanguínea que Alberto y
Zavalita tienen con MVLL, es una relación verificable en el ADN de estos tres
hombres. Alberto y Zavalita, son seres que sin quererlo y saberlo comparten una
pasión, la pasión por lo imposible, una pasión que también ha acompañado a MVLL
a lo largo de toda su vida.
Ambos son hombres que se sacrifican, son hombres que se rebelan
ante la adversidad y que cuestionan constantemente el sistema, ambos apuestan
por la utopía, ambos saben que son soldados de batallas que desde el inicio
estuvieron perdidas, pero a pesar de ello, deciden, libre y voluntariamente ir
a la lucha. Dicho de otro modo, el mundo literario de MVLL es el mundo de
hombres que instintivamente van en búsqueda de su libertad, hombres que sin
importar el camino a recorrer, el obstáculo que sortear, la barrera que
traspasar deciden sacrificar sus sueños, su alma, su propia vida para ir al encuentro
de esa utopía que los convertirá en seres auténticamente libres.
Alonso Cueto, en un artículo titulado “Mario Vargas Llosa. La
aventura moral”, al hablar sobre los personajes vargasllosianos afirma que
estos son seres que se mueven, que transitan por el mundo impulsados por dos
instintos, el instinto de la libertad y el del sacrificio. Ambos, dice Cueto,
son cruciales en la formación de una personalidad, son el tatuaje identificador
de los Albertos o los Zavalitas. Ambos son instintos complementarios, es
imposible lograr la libertad sin una determinada cuota de sacrifico, y no es
posible hablar de un sacrifico si este no se elige libremente.
Por eso los personajes de MVLL, afirma Cueto, se parecen a su
creador, pues a pesar de las caretas, de las persecuciones venidas desde lo más
alto del poder, de los estereotipos y otros hábitos o costumbres aletargantes o
uniformizantes, estos no ceden al chantaje, reclaman y exigen ser libres,
deciden no transar con nadie, a ningún precio ni en ninguna circunstancia, son
intrínsecamente subversivos, pues tratan de subvertir el orden establecido, lo
critican, lo cuestionan, luchando por un mundo, en el cual la verdad prevalezca
sobre las apariencias de las instituciones. Inmunes a todo tipo de chantaje,
renuentes a ver perdida su individualidad a manos de algún dogma, religión o
ideología, los personajes de MVLL se autoproclaman libres, soberanos, dueños de
su propio yo y forjadores de su propio destino.
Un día como hoy (07/10), MVLL recibió el nobel que tantas veces le
fue esquivo. La Academia, al explicar las razones por las cuales decidió
concederle el premio dijo: "Por su cartografía de las estructuras del
poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la
derrota”. Yo creo que MVLL recibió este premio por algo más, por muchas otras
cosas más. Yo creo que MVLL recibió el Nobel también por su genuina voluntad e indesmayable
lucha a favor de los valores de la libertad y la democracia, pues a pesar de
sus detractores, MVLL ha sido, desde hace mucho, un acérrimo defensor de los
valores individuales, de los derechos y libertades de hombres y mujeres a nivel
mundial, opositor tenaz de dictaduras y gobiernos autoritarios, crítico feroz
de caudillos totalitarios que hicieron del atropello, el abuso y la arbitrariedad
sus mejores armas. MVLL, creo yo, puede hoy mirar atrás con orgullo, y ver una
vida llena de batallas afrontadas, unas ganadas, tantas otras pérdidas, pero
batallas en las cuales jamás se permitió flaquear en cuanto a la defensa de sus
más firmes convicciones.
MVLL dijo alguna vez que la vida de los hombres lleva el sello de
los libros, de los grandes libros que alguna vez leyeron, de esas obras que
quedarán grabadas por siempre en lo más profundo de la memoria. Si fuera el
Perú un hombre, si nuestro país tuviese una identidad corpórea, si fuese de
carne y hueso, estoy seguro que llevaría en ese rincón todas y cada una de las
obras de MVLL.
Digo todo ello, pues MVLL
nos ofrece en cada cuento, en cada novela, en cada artículo periodístico,
múltiples razones por las cuales seguir luchando y no ceder ante el miedo, el
chantaje, la adversidad, el abuso o el autoritarismo. Siempre es posible
quebrar la realidad, ya que la vida no es una suma de sucesos fortuitos, la
realidad no responde a leyes metafísicas que organizan de manera inamovible la
vida del hombre, la realidad es un espacio abierto para la transformación y el
permanente cambio. La realidad es un espacio para la libertad.
MVLL ha sido y es justamente eso. Un hombre rebelde por
naturaleza, un amante y defensor a ultranza de la autonomía individual. MVLL,
ya sea desde sus novelas, sus apariciones públicas o su fugaz paso por la
política activa ha mostrado siempre su rechazo a todo tipo de imposición irracional,
ya sea religiosa, política, económica o cultural. MVLL ha hecho de la defensa
de la libertad y la democracia, el elemento identificador por excelencia de su
pensamiento político y ético. Esa será la contribución de MVLL a la vida cívica
de nuestra patria.
Él que ha sido capaz de romper el pacto infame de hablar en voz
baja, de criticar y enfrentarse al poder más atemorizante, capaz, incluso, de
decir aquello que nadie quiere escuchar pero que todos prefieren olvidar, de
llamar dictador a quien lo merece, de llamar cleptócrata -cuando nadie lo
hacía- a un presidente que hoy purga condena por delitos de corrupción y
violación de derechos humanos, nos abre los ojos a través de sus obras, y pone
en evidencia la enorme tarea que aun resta por hacer en nuestro país, y en toda
nuestra América Latina.
Por todas estas razones, quise hoy recordar aquel 7 de octubre de
2010, fecha en la cual MVLL recibió el máximo galardón literario de la
humanidad. Permítanme, entonces, terminar esta columna con las palabras de un
admirador de la obra vargasllosiana, permítanme finalizar este escrito
diciendo: “Muchas gracias don MVLL, gracias por sus obras, gracias por
despertar en mí esa pasión incandescente por la literatura, gracias por
encender en mi juventud la llama de la libertad, gracias por hacerme saber que
no existe otra forma de gobierno capaz de salvaguardar los derechos y las libertades
de los seres humanos que no sea la democracia. Gracias por eso y por mucho más.
Gracias por permitirme decir con orgullo y soberbia de fanático lector que en
mi biblioteca descansan dos libros dedicados de puño y letra por un premio Nobel.
Etiquetas: la ciudad y los perros, la conversación en la catedral, Mario Vargas LLosa, PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010
1 comentarios:
genial tus relatos
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio