jueves, 9 de diciembre de 2010

El Rey de los disfraces


Allá por la década de los treinta del siglo pasado, un hombre, un actor, era considerado una de las estrellas más importantes del denominado Cine Mudo, su nombre era Lon Chaney (1883-1930). La versatilidad de este hombre para la interpretación de los más diversos personajes lo llevó a ser conocido por la crítica estadounidense como “El hombre de las mil caras”. Entre la innumerable gama de papeles que le tocó representar destacan básicamente la de hombres afligidos, apesadumbrados, grotescos. Su enorme capacidad para el maquillaje y el travestismo lo convertían en un auténtico camaleón, en un actor multifacético capaz de dar vida a papeles tan disímiles como el del “Jorobado de Notre Dame” o como el protagónico del “Fantasma de la ópera”. Incluso, fue el propio Chaney el que en 1925, en un artículo publicado en la revista Movie, se refirió a esta habilidad como la capacidad de “caracterización extrema”.

Hago esta mención a la vida, obra y talento de Chaney ya que siendo un aficionado, medianamente enterado del acontecer en la industria del cine, había perdido ya la esperanza de encontrar entre los actores nacionales a alguien que pudiese desarrollar una capacidad de mimetización similar a la de este actor estadounidense. Sin embargo, y como en estos últimos tiempos el Perú se ha convertido en un terreno fértil para el surgimiento de nuevos talentos que son motivo de orgullo nacional, esta semana todos los peruanos hemos asistido al nacimiento de una nueva estrella, de un nuevo actor, de un hombre que seguramente se convertirá, si es que ya no lo era en años anteriores, en el Lon Chaney peruano, en el “El hombre de las mil caras”, nos referimos, sin lugar a dudas, al señor Rafael Rey, más conocido con el apelativo de Rafael, el hombre de las mil camisetas políticas, Rafael, el homofóbico Rey, o simplemente, Rafael, el defensor de la ley de amnistía para el Grupo Colina, o Rafael, el rey de los disfraces.


A pesar de contar ya con 56 años de edad, Rafael ha decidido iniciar, más vale tarde que nunca, su indetenible ascenso hacia el estrellato cinematográfico. Rafael, quien hace apenas algunos días señalaba que la hora de su retiro de la vida política nacional había llegado, Rafael, quien hace apenas algunos meses saboreaba las mieles del poder siendo Ministro de Defensa del actual gobierno aprista (Partido Político peruano de innegable trayectoria democrática), cansado seguramente de interpretar papeles menores, y roles secundarios en cuanto rodaje político ha participado, decide asumir un papel más protagónico, y para ello ha aceptado la invitación de la candidata del fujimorismo, la señora Keiko Fujimori (para mí la candidata de la dictadura y la cleptocracia en el país) de acompañarla en su fórmula presidencial en calidad de primer vicepresidente.


Cada persona, todo ciudadano en nuestro país tiene el derecho de participar activamente en política, ser candidato a algún municipio, alcandía, gobierno regional, congreso de la república, y claro está, a la presidencia de la nación. Lo curioso entonces no estriba en la decisión del “Señor mil caras”, perdón de Rafael Rey, o “mil caras”, creo que el apelativo en este caso goza de una identidad mayor a la de su propio nombre. Lo realmente sorprendente es la manera tan creativa de nuestros politicastros, “mil caras Rey” es el abanderado de este grupo de insignes señores, de sobrevivir políticamente, de acomodarse y colgarse, en este caso de las faldas de una candidata, con el afán de no perder esa pequeña cuota de poder político y mediático que los hace sentirse importantes. Para Rafael, como para tantos otros políticos de su especie, la palabra compromiso, consecuencia o fidelidad a algún valor, principio o ideología política, no es un factor que uno deba tener en cuenta, o darle mayor importancia, al momento de decidir su apoyo a tal o cual opción de gobierno. Rafael lo ha demostrado, puede parasitar en el interior de un movimiento democrático o antidemocrático, o puede, en caso sea necesario formar su propio partido o movimiento político y ofrecerlo como vientre de alquiler a cuanto aventurero desee probar suerte en el jaleo electoral en el cual hemos convertido cada elección en nuestro país.


El “hombre de las mil caras”, inició su carrera política en el año de 1990, como miembro del Movimiento Libertad, liderado por nuestro Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Como recordaremos este movimiento centraba su línea ideológica en la defensa de dos principios básicos: libertad y democracia. Durante toda la campaña “mil caras Rey”, y así puede verificarse en los videos de la época, se esforzó por mostrase ante la ciudadanía como el paladín de la democracia y el defensor más entusiasta de las reformas liberales dentro del citado movimiento. Pero al parecer su talante democrático le duró muy poco, o en todo caso, le duró el tiempo que necesitó durarle. “Mil caras” ya había alcanzado cierto nivel de popularidad, “mil caras” ya era un personaje público, y en ese sentido, eso de defender la democracia o los derechos y libertades políticas en nuestro país podían echarse al olvido, y así lo hizo, como veremos a continuación.


En 1992, y luego del golpe de estado perpetrado por el dictador, asesino y ladrón, Alberto Fujimori, golpe que fue celebrado y respaldado por “mil caras”, decide fundar el Partido Político Renovación, ese año postula al congreso y llega a ocupar la Vicepresidencia del Congreso Constituyente Democrático, convirtiéndose en uno de los más fervientes defensores de las medidas adoptadas por el dictador, hoy en día sabemos que en gran parte de las mismas la mano siniestra de Vladimiro Montesinos reclamaba derechos de autor. Es decir, “mil caras” pasó de ser un concienzudo defensor de las ideas democráticas y liberales propugnadas por Vargas Llosa a defensor de las afiebradas y atolondradas ideas, por usar algún tipo de adjetivo de menor calibre, de Fujimori y Montesinos, y no nos olvidemos de Jaime Yoshiyama, actual segundo Vicepresidente y compañero de fórmula presidencial de “mil caras” y Keiko.


Llegadas las elecciones de 1995, “mil caras” decide romper su alianza matrimonial con el dictador, aunque en la práctica mantuvo su status de conviviente solícito o amante ocasional de una, dos, tres o trescientos sesenta y cinco noches, y se manda mudar a las filas de la oposición. A pesar de ello, y en contra de todos aquellos que creemos que la palabra oposición significa “mostrar actitud contraria a los designios, medidas o decisiones del otro u otros”, “mil caras”, con su talento para el camuflaje camaleónico del cual ya en ese entonces hacía gala, siguió apoyando medidas tan antidemocráticas y deleznables desde el punto de vista ético, jurídico y político, como la promulgación de la Ley de Amnistía que beneficiaba a los miembros del Grupo Colina y otros violadores de los derechos humanos, procesados, en ese entonces, por la matanza de Barrios Altos, La Cantuta, el Santa y la desaparición del periodista Pedro Yauri. Si a todo ello le sumamos el hecho que durante ese periodo, mil caras, al igual que otros políticos medrosos y comodines, preferían hacer caso omiso a las innumerables denuncias hechas contra Vladimiro Montesinos por delitos como, asesinato, lavado de activos, venta de armas, narcotráfico, entre otros, queda claro que “mil caras” se ganó un lugar en la historia como uno de los pioneros de lo que en el año 2000 se conocería bajo el nombre de transfuguismo.


Llega el año 2001, y “mil caras”, como es costumbre en él, porque un congreso “sin mil caras” no es un congreso peruano, decide plegarse a las filas de la Alianza Unidad Nacional, logrando ser elegido congresista para el periodo 2001-2006. Pero si la fidelidad de “mil caras Rey” o el “Rey de las mil caras”, había sido ya comparada, anteriormente, con la fidelidad que una meretriz guarda por su cliente de turno, en esta ocasión, “mil caras” decidió ir más allá de lo antes visto, y convertirse en la imagen más emblemática de la promiscuidad política. Meses después de ser elegido representante al Parlamento Andino por la Alianza Unidad Nacional en 2006, decide renunciar a esta agrupación, a esas alturas de su vida una renuncia más, una infidelidad más, una traición más qué importa pensaría “mil caras”, como se dice coloquialmente, se trataba de una raya más al tigre, dejando en la más completa soledad a su ex lideresa, Lourdes Flores Nano, a la cual calificó luego de torpe, de niña mimada, de inmadura e inocentona, entre otras perlas, cada vez que ella se atrevía a criticar a su nuevo jefe, el presidente Alan García.


Luego de la renuncia, incluso antes, “mil caras” aceptaba la invitación del presidente Alan García, y se incorpora como miembro de su gabinete asumiendo la cartera del Ministerio de la Producción (julio 2006- octubre 2008), primero, y la cartera del Ministerio de Defensa (julio 2009- setiembre 2010), respectivamente. Una vez más, “mil caras” se olvidó de lo que alguna vez dijo, olvidó que firmó la acusación constitucional en la década de los noventa contra Alan García, y a pesar de haberlo tildando de ladrón y corrupto, decide cuadrarse frente a este ladrón y corrupto, estoy reproduciendo los términos de Rey, y se convierte en su ministro de Estado.


Visto ese escenario, los que pensábamos que la edad de Rey ya no le permitía una aventura más, una canita al aire más, una infidelidad más, nos equivocamos. Los que pensamos que “mil caras” apoyaría a la candidata del partido de gobierno, de su ex colega en el gabinete ministerial del APRA, nos volvimos a equivocar. Rey, o “mil caras”, es lo mismo, decide dejar a Mechita Aráoz, la candidata de Alan García, con los pelos alborotados, con el traje de gala puesto, y con la mayor desfachatez posible, decide asistir al baile de las elecciones 2011, y él es hace ya tiempo un diestro bailarín de la danza del chino, de la mano de la hija del dictador.


Los periodistas, que en este caso no sé o no entiendo porqué se esfuerzan por preguntarle las razones de este nuevo matrimonio, reciben de parte de “mil caras” la siguiente respuesta: “han sido el programa político y la visión de Keiko las razones que me han convencido de participar en estas elecciones”. Luego de esas declaraciones, francamente risibles y fariseas, me pregunto lo siguiente: ¿Alguien en su sano juicio, alguien que conozca la historia de este oscuro personajillo de la política nacional, puede dar credibilidad a esta afirmación? Yo creo que no. “Mil caras” o Rey ha demostrado a lo largo de su accidentada vida política que lo que menos evalúa al momento de decidir sus alianzas, matrimonios o aventuras políticas, siempre ocasionales y de corta duración, es el programa político o la visión de estado de quien lo representa. Para “mil caras”, lo único importante es abrazar la figura de quien en los próximos años le pueda asegurar una posición de poder medianamente relevante y con ello un protagonismo que aún no está dispuesto a perder. No importa si a quien abraza es un ladrón, corrupto, mentiroso, improvisado, eso no importa. Lo único que importa en el análisis del “rey de las mil caras” es seguir parasitando al interior de cuanta agrupación pueda. En todo caso, de ser cierto lo que dice Rey, “mil caras” se ha convertido en el peruano más afortunado de nuestro país, es el único que ha podido leer un plan de gobierno que no existe, salvo en la imaginación de Keiko, Rafo, Sousa, Aguinaga o Moyano. O es que acaso dudan que el plan de gobierno de la dinastía Fujimori, menos violenta pero igual de corrupta que la de los YaKuza, se aloja en la mente retorcida del asesino de Cantuta, Barios Altos o el Santa. Si alguien lo duda, lo siento por él, en todo caso, la ingenuidad de algunos, sólo me invita a la carcajada, ja, ja, ja.

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3 comentarios:

A las 16 de diciembre de 2010, 7:41 , Blogger Jacqueline Faverón Alvizuri ha dicho...

Muy bueno Rafo.....

Que continuen los éxitos!!!....

Para bien....


Jackie

 
A las 16 de diciembre de 2010, 11:24 , Blogger RAFAEL ha dicho...

gracias por tus palbras y deseos, me reconfortan y son un aliciente para seguir adelante en esta dura tarea, rafo

 
A las 23 de diciembre de 2010, 4:51 , Blogger Hugo González ha dicho...

Sus artículos son interesantes, como diría el poeta Marco Corcuera, dan en el tuétano del asunto o tema. Rescato su obtetividad y argumentación en la que nadie podría estar en desacuerdo, salvo que esté involucrado en la danza de quines son analizados a aludidos.

No sé cómo llego este blog a mi correo, pero lo veo interesantísimo. Y lo bueno se lee y se difunde, en este mundo de la virtualidad donde la información o el conocimiento fluye sin pedir permiso a nadie.

 

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