miércoles, 1 de diciembre de 2010

La visita de Sebastián Piñera


Sebastián Piñera, actual presidente de Chile, visitó nuestro hace algunos días. En Chile, algunos sectores de la oposición en ese país criticaron esta decisión. Personalidades como el ex presidente Ricardo Lagos señalaron que no era el momento más adecuado para hacer una visita de Estado a nuestro país, teniendo en consideración el diferendo existente entre el Perú y Chile en relación a los límites marítimos. A pesar de ello, y en un acto de audacia y valentía política, Piñera llegó a Palacio de Gobierno, se reunió amistosamente con el presidente García y juntos han suscrito una serie de acuerdos que apuntan a una mayor integración entre ambas naciones.

Sin embargo, y más allá del protocolo, lo más importante que ha dejado la visita de Piñera no son sus declaraciones hechas luego de la firma de los acuerdos o las palabras de agradecimiento vertidas luego de recibir la Orden del Sol de manos de nuestro jefe de Estado, lo más importante creo yo, son sus reflexiones vertidas durante diversas entrevistas concedidas a medios periodísticos de nuestra capital, en las cuales hace algunas anotaciones sobre el futuro de las relaciones entre el Perú y Chile, la visión política y económica que este tiene de la región y las reformas que él cree debemos llevar a cabo con la finalidad de vencer la pobreza e ingresar al selecto grupo de los países desarrollados.

Piñera, con relación al diferendo que tenemos con Chile sobre los límites marítimos entre nuestros países, considera que se trata de una controversia que debe, como así lo han creído conveniente ambos jefes de Estado, ser dilucidada ante un tribunal internacional como la Corte de la Haya. Los países civilizados, cuando presentan controversias entre sí, llevan estos conflictos de interés ante un tribunal, con la finalidad de que mediante la solución jurídica e institucional de las controversias se arribe a una solución pacífica y justa para los pueblos. En ese sentido, Piñera considera que resultaría ser una pérdida valiosa de tiempo el esperar a solucionar la controversia en la Haya (aproximadamente prevista para el año 2012) para iniciar un proceso de integración comercial o económica entre nuestros pueblos. Con bastante tino creo yo, Piñera hace una diferencia entre la controversia marítima y las políticas de integración que ambas naciones deben de implementar para poder enfrentar con mayores posibilidades de éxito los retos del mañana. Piñera grafica con bastante inteligencia esta idea mediante la siguiente frase: Solos podemos andar más rápido, pero juntos podemos llegar más lejos. Esta es una frase que tanto Piñera como tantos otros compartimos y venimos testarudamente sosteniendo hace algún tiempo, a pesar de las voces críticas de aquellos personajes que recurriendo al discurso chauvinista y populista de siempre se esfuerzan en hacer ver al vecino del sur como el enemigo eterno por el cual debemos guardar recelo y rencor por los siglos de los siglos.

¿Qué medidas deben tomar los gobiernos de Perú y Chile, respectivamente, con el objetivo de alcanzar el desarrollo? Al parecer, Piñera tiene la receta muy bien aprendida. A continuación, haremos mención a cuatro medidas que el presidente chileno considera fundamentales al momento de iniciar el camino hacia el desarrollo.

Lo primero que debemos hacer, señala Piñera, es llevar a cabo una verdadera revolución en materia educativa con la finalidad de elevar el capital humano de la gente. Sin lugar a dudas, si esta tesis es fundamental para Chile, en el caso de nuestro país, no se trata de una revolución, sino de una auténtica mega revolución. Como es sabido ocupamos los últimos puestos en materia educativa en la región, nuestros estudiantes secundarios son algo menos que analfabetos funcionales que carecen de la capacidad para comprender un texto, situación que sin lugar a dudas les resta oportunidad al momento de desarrollarse como profesionales o cursar estudios superiores. Para Piñera, la mejora de la calidad educativa está directamente vinculada con el aumento de la productividad de la nación en todos los campos del desarrollo. No es posible llevar a cabo las grandes transformaciones que nuestros pueblos necesitan sino se cuenta con el material humano necesario para ello, sino contamos con profesionales adecuadamente formados en las distintas áreas del conocimiento.

Como segunda medida, para Piñera resulta fundamental duplicar o triplicar la inversión que ambos países hacen en ciencia y tecnología. La inversión en estos sectores es lo único que hará posible la conversión de un modelo económico basado en la exportación de materia prima, en el caso peruano y chileno basado en la exportación de recursos minerales, en uno de exportación de productos con valor agregado. De lo que se trata es de convertirnos progresivamente en exportadores de productos manufacturados, para luego, aprovechando la integración económica con otros países o continentes como la Unión Europea, mediante la firma de Tratados de Libre Comercio o de Integración, ir ganando mercados y con ello elevando los niveles de productividad en nuestros países, mejorando los procesos de producción, reduciendo los costos en los mismos y elevando la calidad de nuestros productos, todo gracias a los avances científicos y tecnológicos.

Un tercer punto es el vinculado a la promoción del espíritu emprendedor de todos los ciudadanos. La promoción de este espíritu está ligada, como no puede ser de otra manera, al cuarto punto en la receta de Piñera, el proceso de modernización del Estado, que tanto Perú como Chile deben llevar a cabo para que la administración estatal se convierta en un motor para la sociedad y no en un lastre. Dicho de otro modo, el Estado debe ser capaz de promover la creación de empresas, el desarrollo del comercio y la industria al interior de cada país. El Estado debe ser visto por el empresario, por el emprendedor como un agente que coopera con ellos, que lo incentiva, que genera mecanismos a partir de los cuales el acceso a los mercados y la formalización de las actividades económicas son cada vez más viables. Para Piñera, como para tantos otros, este ha sido uno de los grandes fracasos del Estado en la región, el Estado latinoamericano caracterizado por sus altos índices de corrupción y su ineficiente burocracia termina por convertirse en el principal obstáculo de los particulares al momento de hacer empresa. Se debe llevar adelante una reforma agresiva en la administración estatal con la finalidad de reducir y suprimir todo trámite engorroso que haga más difícil la formación, creación y participación de las pequeñas y medianas empresas en la economía nacional. El impacto que estas políticas tengan en la pequeña y mediana empresa resulta ser fundamental si se tiene en cuenta que tanto aquí como en Chile, es este sector el que genera la mayor cantidad de puestos de trabajo para la gente.

Pero lo más difícil no es dar inicio a este conjunto de medidas destinadas a transformar al Estado y a la sociedad peruana y chilena. Lo más difícil es comprometer a todas las fuerzas y sectores políticos a dar continuidad a estas medidas. Piñera considera que todas estas iniciativas deben ser entendidas como políticas de Estado de largo plazo, que necesitan continuidad independientemente del partido o persona que asuma el gobierno chileno o peruano. El umbral que separa a los países desarrollados de los demás está signado por un ingreso de 22 mil dólares de ingreso per cápita por año. Actualmente, Chile tiene un ingreso de 15 mil dólares de ingreso, y en nuestro país el ingreso es de 9 mil dólares. Solo si somos capaces de mantener tasas de crecimiento superiores al 6 o 7 por ciento anual, seguimos políticas fiscales y de manejo económico responsable, e invertimos en la implementación de las reformas que se han mencionado, tanto Chile, como el Perú podrán alcanzar en pocos años el desarrollo venciendo a la pobreza y exclusión presentes en ambos pueblos. Por ello es importante dar continuidad a las políticas de Estado a implementarse en estos campos. Para Piñera, si Chile sigue la receta hasta ahora puesta en práctica, en el año 2018 podrá alcanzar al status de país desarrollado. Me pregunto ¿Cuándo lo alcanzaremos nosotros?

Positiva ha sido la imagen que deja Piñera luego de esta visita, se muestra como un hombre de Estado, con una visión pragmática en torno a lo que se debe y a lo que no se debe de hacer en materia política y económica. El camino de Piñera no ha sido fácil, antes de iniciar su mandato presidencial Chile fue sacudido por uno de los terremotos de mayor intensidad en la historia de la humanidad, luego de ello tuvo que afrontar la tarea de rescatar con vida a los 31 mineros que quedaron sepultados tras el derrumbe en un campamento minero. A pesar de ello, Piñera no ha perdido la calma, la sobriedad y el aplomo. Piñera, creo yo, es un claro ejemplo del nivel de madurez alcanzada por la clase política o el sector mayoritario de la misma en Chile. Piñera, a diferencia de lo que algunos puedan creer, no se limita a formular recetas únicamente en materia económica, Piñera considera que solo es posible alcanzar un auténtico desarrollo, si las medidas de carácter económico se hacen en el marco de una auténtica democracia representativa, en la cual se respeta el principio de alternancia en el poder, el principio de separación de poderes, y en donde existe un respeto irrestricto por las libertades políticas y, en especial, por la libertad de expresión.

Luego de escuchar a Piñera me queda claro que la fórmula del desarrollo es sólo una, en lo político, el compromiso absoluto con los valores democráticos, y en lo económico, la apuesta por una economía social de mercado capaz de conjugar los valores de la libertad y de la justicia social. Faltando algunos meses para la elección presidencial en nuestro país, me pregunto ¿Tenemos algún candidato que nos ofrezca y sea capaz de aplicar esta fórmula: democracia y mercado? Permítanme dudar.


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