¿Tiene
el Perú a un Presidente del Consejo de Ministros? Yo diría que no, al menos no
en términos reales. Hace mucho que en nuestro país no contamos con una figura
política capaz de desempeñar este importante cargo con el talante y la autoridad
que la política de Estado así lo exige. Lo que hemos tenido no es otra cosa que
un puñado de figuras decorativas, cuadros pintados en la pared de Palacio de
Gobierno, que no han hecho otra cosa que seguir a pie juntillas lo que su
empleador les ordena. Sin embargo, y a sabiendas de que puedo ser tildado de
apristón (sobre todo por mis amigos de la izquierda) diría que el último
Presidente del Consejo con peso político propio en nuestro país fue Jorge del
Castillo Gálvez.
El
premierato en el Gobierno de la familia Humala
En
todo caso, y la experiencia última así nos lo demuestra, la Presidencia del
Consejo de Ministros de este Gobierno, ha sido un cargo reservado para aquellos
hombres dispuestos a convertirse en los primeros secretarios de la familia Humala/Heredia.
Porque vamos, nadie podría negar, sin ser tildado de mentiroso, cándido o sobón,
que los cuatro presidentes del Consejo de este gobierno familiar, han sido
personajes fantasmales a los cuales pocos peruanos recuerdan. Más aún, si
revisamos las encuestas de poder, podremos observar que ninguno de ellos
apareció jamás en una posición expectante en este cuadro de honor, pues todos
ellos, sin excepción, estuvieron siempre opacados por los vestidos luminosos de
la primera dama.
Ahora
bien, si a ello le sumamos que el tiempo de vida de estos cuatro presidentes del
Consejo, ha sido de apenas 8 meses (promedio), no resulta extraño que la
mayoría de peruanos haya olvidado, por ejemplo, que Salomón Lerner fue el
primero en esta lista, y que Juan Jiménez Mayor acaba de cederle la posta a
César Villanueva. O que Óscar Valdés (el segundo) complotó desde las entrañas
del propio gobierno para tumbarse a Salomón Lerner, mientras este se esforzaba
por solucionar el conflicto social en Cajamarca generado por la implementación
del proyecto minero Conga. Como verán, estas historias son ya parte de nuestro
pasado, de un pasado que se ve muy lejano, pero al que siempre volvemos, porque
si algo hemos demostrado los peruanos, es nuestro talento innato para tropezar
siempre con la misma piedra. Sobre todo cuando de política se trata.
¿Qué
esperar de César Villanueva?
La
verdad yo no espero nada, el señor será más de lo mismo, una figura opaca,
gris, dispuesta a cumplir sin chistar lo que el gobierno familiar le señale. Y
si por si acaso, en alguna oportunidad, al señor se le ocurre decir NO, estoy
seguro de que la familia Humala/Heredia tendrá listo el nombre de otro
personaje (igual o más pequeñito que él) para colocarse el fajín y presentarse
ante el Congreso de la República a suplicar (no a pedir) el voto de confianza
de la representación nacional. Aunque para ello tenga que pasarle la franela al
fujimorismo y al aprismo, fuerzas políticas que, apelando a nuestra falta de
memoria, hoy se autoproclaman defensores de la moralidad pública, y acusan al
gobierno familiar de “ollantamontesinismo”. ¿Acaso el fujimorismo ya olvidó su
videoteca en las salitas del SIN? ¿Acaso el aprismo olvidó que Agustín Mantilla
recibió dinero de manos de Montesinos para invertirlo en el partido?
Pero
como algunos peruanos somos masoquistas, y vivimos esperando la llegada de una
personalidad capaz de marcarle el norte a un gobierno familiar que hace mucho
tiempo perdió la brújula, y que le ha entregado la conducción del país a un
piloto automático programado por los grandes grupos de poder económico, yo me
tomé la molestia de seguir la presentación de este nuevo Presidente del Consejo
ante el Parlamento de la República.
¿Cómo
resumir la presentación de César Villanueva?
Muy
simple, luego de decirle al país que lo que no debemos perder es la fe y la
esperanza (¿en qué?, me pregunto yo), el señor Villanueva se atrevió a decirnos
que la receta para sacar al Perú adelante es la que él implementó en la Región
San Martín, en donde se desempeñó, hasta antes de aceptar ser el secretario de
Nadine Heredia (perdón, el titular del Consejo), como Presidente Regional. Lo
dijo sin ruborizarse, lo afirmó sin sonreír, lo señaló como creyendo que esta
“idea revolucionaria” arrancaría el aplauso general del auditorio congresal.
¿Es que acaso este señor piensa que los peruanos vivimos en la más completa y
supina ignorancia? ¿Será posible tanta arrogancia? ¿O es que acaso ese libreto se lo dejó
escrito Adrián Villafuerte antes de “dar el paso al costado”?
No
señor Villanueva, usted está completamente equivocado. El modelo de su región
no puede ser aplicado a todo el país. ¿Y sabe por qué? Para citar a César Hildebrandt:
“porque los problemas de nuestro país no se arreglarán con plata del exterior y
convenciendo a los cocaleros a que le vendan cacao mejorado a la Nestlé”. Como
si el desarrollo dependiese únicamente de la actividad agroexportadora, que sin
lugar a dudas es importante, pero no lo suficiente como para decir que el Perú
despegará siguiendo el modelo San Martín. ¿Y los problemas estructurales? ¿Y
los problemas institucionales? ¿Y la gran corrupción que infecta a todo el
aparato público? ¿Y la debilidad de nuestro Estado de Derecho? ¿Y la
informalidad de nuestra economía? Díganos señor César Villanueva, ¿cómo
solucionó esta problemática en su región? Vendiéndole cacao a la Nestlé no
creo.
La
precariedad de nuestra clase política
Dicen
las abuelas que “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”. Bueno, creo que
la familia Humala/Heredia, se ha tomado muy a pecho este dicho popular, pues en
lugar de buscar a una personalidad con trayectoria política y cualidades de
estadista para conducir y articular el Consejo, el Presidente de la República y
su “siempre presente” esposa, se han esforzado en nombrar como Presidentes del
Consejo a los hombres más improvisados, y a la vez, a los más pusilánimes de
nuestra política. Está bien, entiendo que en nuestro país no abundan los
líderes, pero creo que sí era y es posible buscar el concurso de hombres y
mujeres con una hoja de vida que despierte mayores entusiasmos.
Técnico
o político
Cierto
sector del país, sobre todo los empresarios, señalan que el Presidente del
Consejo, como casi todos los ministros, debe ser un “tecnócrata independiente”,
que no le deba favores y lealtades a nadie, que no provenga de la clase
política tradicional, porque esa es la única manera de asegurar “eficiencia y
celeridad” en el manejo de la cosa pública y en la toma de decisiones. Cuando
escucho estas opiniones, o leo este tipo de afirmaciones en la prensa, no puedo
hacer otra cosa que asombrarme y reírme de la ignorancia política, y al mismo
tiempo, del cinismo de nuestros empresarios (sobre todo de los grandotes).
Escucharlos decir que quieren a un “independiente”, cuando son ellos los que
siempre han tratado de manipular y doblegar a quien tiene una posición política
autónoma frente a sus intereses (pregúntenles por Salomón Lerner), es algo
francamente inadmisible.
La
política se hace desde los partidos no en contra de ellos
¿Dónde
se forman los políticos? En toda democracia, los políticos se forman y hacen
carrera al interior de los partidos. Son los partidos los que educan, instruyen
y desarrollan a su militancia. Son los partidos los que forman a los cuadros
políticos que luego conducirán los destinos del país cuando lleguen a ser
gobierno o sean convocados por los demás partidos para desempeñar estas
funciones.
Entonces,
en un país como el Perú, que no cuenta con partidos políticos sólidos e
institucionalizados, es muy difícil encontrar a hombres o mujeres con las capacidades
necesarias para desempeñar funciones de Estado. Por eso es importante que en el
Perú se retome el debate sobre el fortalecimiento de los partidos políticos.
Una democracia sin partidos, es como un club de fútbol sin categorías
inferiores. ¿De dónde sacamos a los jugadores? Por lo que la estabilidad del
Gobierno termina dependiendo de la llegada de un “independiente” sin formación,
trayectoria y peso político propio para hacerle frente a las presiones que
vienen desde adentro y desde afuera del Gobierno.
¿Por
qué es importante la figura del Presidente del Consejo de Ministros?
La
formación y las habilidades políticas del Presidente del Consejo son vitales,
por la sencilla razón de que constitucionalmente, esta persona tiene la
facultad, junto al mismísimo Presidente de la República, de nombrar y remover a
los demás ministros. Y porque además, y eso es algo que a veces se olvida, se
trata de la persona que coordina las funciones de los demás ministerios
(incluyendo al de economía, aunque decir eso en el Perú parezca una ironía),
convirtiéndose, después del Presidente de la República, en el portavoz
autorizado del gobierno.
Dicho
todo ello, debo expresar que espero estar equivocado con respecto a César
Villanueva, espero que sea un magnífico ministro, y que trabaje mejor de lo que
expone. Aunque para ser sinceros, creo que el señor Villanueva es el más
minúsculo de todos sus colegas. Por eso esta vez quisiera estar completamente
equivocado.
Etiquetas: CESAR VILLANUEVA, juan jiménez mayor, nadine heredia, Ollanta Humala, Oscar Valdez, premier, Salomón Lerner
1 comentarios:
Totalmente de acuerdo no lo olvidemos asi aya psado años esto es cierto , no creo que los peruanos tengamos lagunas mentales a nosotros no nos engañan ningún político.
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