Tuve la oportunidad de
participar en el acto académico en el cual se le otorgó la distinción de doctor
honoris causa de la Pontificia
Universidad Católica del Perú al doctor Fernando Henrique Cardoso, en
reconocimiento a su significativo aporte a la reflexión social, política y
económica sobre la realidad de América Latina.
¿Quién es Cardoso?
En palabras del maestro
Sinesio López, Cardoso es el intelectual más destacado de Latinoamérica, y al
mismo tiempo, uno de los más preclaros representantes de la élite brasileña
tanto en el campo intelectual como en el político. Si uno revisa con atención la
biografía del ex presidente, llegará a esa misma conclusión: Cardoso es uno de
los pocos líderes globales que ha sabido conjugar la labor académica con la
política, y en ambos campos ha logrado desempeñarse con gran solvencia y
brillantez, tan es así que en 2009 fue elegido por la revista Foreign Policy como el 11º pensador
universal más importante, por su valioso aporte y contribución al debate sobre
la política antidrogas en el mundo.
Cardoso ha sido senador de
la República (1983-1992), ministro de Relaciones Exteriores (1992) y ministro
de Hacienda. Fue este último cargo el que terminó por catapultarlo a la
presidencia de su país. Como se recuerda,
durante el mandato de Itamar Franco, Brasil atravesaba una de sus peores
crisis económicas, con una elevada tasa inflacionaria que ponía en riesgo la
estabilidad social y política del gigante de América del Sur.
El Plan Real y su camino a
la presidencia
En ese escenario, Cardoso, junto
a otros funcionarios, ideó el llamado Plan Real (conocido desde ese entonces
como el Plan Cardoso), que era una estrategia económica para sustituir la
moneda y contener la inflación. El plan tuvo un éxito rotundo, el país empezó a
salir de la crisis, y la población identificó a Cardoso como el gran artífice
de esta maniobra política y económica. Consciente de todo ello, y de la
importancia que la figura de Cardoso había alcanzado en su país, el entonces presidente
Franco respaldó su candidatura, apoyo que allanó el camino para que este
alcanzara la presidencia del Brasil.
La reforma económica de Cardoso
Cardoso fue presidente de la
República en dos periodos constitucionales consecutivos (algo inédito en la
historia política brasileña) entre los años 1995-1999 y 1999-2002. En su primer
gobierno, y ante la mirada atónita de quienes pensaban que sus afinidades ideológicas
con la centro izquierda y la social democracia le impedirían adoptar medidas
pragmáticas y de ajuste estructural en el campo económico, Cardoso inició una
política económica liberal, impulsando la apertura económica, el tráfico
comercial, la promoción de las inversiones, y la liberalización de determinados
sectores hasta ese momento presas de la sobrerregulación, sentando así, las
bases para la reactivación económica brasileña.
La reforma del Estado de
Cardoso
Al mismo tiempo, Cardoso y sus
ministros, apostaron por la construcción de una burocracia estatal
profesionalizada y especializada capaz de competir en condiciones de igualdad
con la élite privada y corporativa, tanto nacional como extranjera. Es cierto
que el Brasil, como otros países de nuestro continente, presenta entidades y
agencias públicas profundamente deficitarias e incompetentes, además de
corruptas y serviles frente a los poderes fácticos. Sin embargo, y con las
limitaciones propias de un país periférico, el Brasil, gracias a las reformas de
estado impulsadas por Cardoso, cuenta hoy en día con la élite política y
burocrática más importante de la región, algo que dota al Estado brasileño de un
mayor grado de autonomía e independencia frente a la gran influencia que las
corporaciones y multinacionales suelen ejercer sobre el aparato público de los
estados, en comparación a lo que ocurre en otros países de América.
El éxito del programa político
y económico de su primer gobierno, le permitió contar con el apoyo ciudadano en
las urnas para el cambio de las reglas constitucionales, posibilitando, de ese
modo, la reelección presidencial inmediata, para que así pudiera candidatear en
las elecciones de 1998. El 4 de octubre de ese año, Cardoso volvería a competir
frente a Luz Inácio Lula da Silva, a quién una vez más derrotaría en primera
vuelta, tal y como había sucedido en el año 1994. A partir de ese momento, Cardoso
se convirtió en una de las figuras más importantes de la política brasileña del
siglo XX, al ser elegido dos veces consecutivas como presidente constitucional con
la más alta votación registrada, algo que no había ocurrido nunca en la
historia brasileña.
La dictadura brasileña y el
exilio de Cardoso
Cardoso, como otros
intelectuales de su país, también fue perseguido por la dictadura militar que
gobernó el Brasil entre los años 1964-1985. En marzo de 1964, a pocos días del
golpe de Estado contra el gobierno de Joao Goulart, Cardoso fue arrestado por
las fuerzas de seguridad acusado de realizar actos subversivos. Luego de ser
liberado, viajó y se exilió en Chile, país en el que desarrolló una fecunda actividad
académica, logrando alcanzar renombre internacional como uno de los sociólogos
políticos más importantes del continente, siempre identificado con el sector
político progresista. Fueron justamente los años del exilio los que le
permitieron dedicarse exclusivamente a la investigación, tomando contacto con
otros importantes académicos, uno de ellos fue el reconocido sociólogo chileno
Enzo Faletto, con quien escribió el libro más importante de toda su producción
intelectual: “Dependencia y Desarrollo en
América Latina, ensayo de interpretación sociológica”.
El libro más importante de
Cardoso
Cuenta Sinesio López, que
leyó por primera vez “Dependencia y Desarrollo
en América Latina”, como parte del curso de Sociología Política que dictaba
el maestro Julio Cotler en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a fines
de los sesenta. Yo lo leí en 2011, luego de escuchar a Sinesio decir en una
clase de Teoría del Estado, que el libro más original y de mayor impacto en las
Ciencias Sociales y en la política latinoamericana era justamente el libro de
Cardoso. Luego de revisar esta obra, y de leer, a los que como Sinesio, han
analizado con mayor minuciosidad el contenido de la misma, uno logra entender y
valorar la importancia de este libro, que sigue siendo hasta nuestros días un
referente fundamental para todos aquellos que se acercan al estudio de América
Latina, convirtiéndose en un verdadero clásico de la política comparada de
nuestro continente.
En síntesis, la reflexión teórica
que Cardoso expone en el libro, señala que existe una dualidad política y
económica entre el centro y la periferia, para sostener que la economía mundial
(con impacto en la política) posee un diseño desigual, injusto y perjudicial
para los países no desarrollados, a quienes se les ha asignado el rol de
productores de materias primas (dependientes del mercado internacional), frente
a los países centrales, que usan los recursos del mundo subdesarrollado para la
producción industrial de productos con alto valor agregado, hecho que coloca a
estos en una condición de ventaja que hegemoniza su posición en el escenario
mundial y les otorga mayor poder político en el proceso de toma de decisiones.
Cardoso hoy
Actualmente, y
luego de dejar la presidencia de su país, Cardoso retomó con vigor su vida
académica, viajando y participando en los más importantes foros políticos y
económicos organizados a nivel mundial. En el año 2004 fundó el Instituto
Fernando Henrique Cardoso, elegido por la Universidad de Pensilvania como uno
de los más importantes del hemisferio en el año de 2011. También forma parte de
diversos consejos consultivos en importantes organismos internacionales, es
miembro del Consejo de Presidentes y Primeros Ministros del Programa de las
Américas del Centro Carter, el Círculo de Montevideo, el Club de Madrid, el
club de Roma y la Clinton Global Initiative. Asimismo, fue incorporado como
miembro 36º de la Academia de Letras Brasileña y es presidente honorífico del
Partido de la Social Democracia Brasileña.
La compañera de Cardoso
Una mención especial
merece Ruth Leite Cardoso, su esposa, fallecida a los 78 años víctima de una
arritmia cardiaca. Ruth fue su compañera por casi toda una vida, durante su
mandato fue la creadora del Programa Comunidad Solidaria, adscrito a la Red de
Protección Social, el mismo que fue continuado por el presidente Lula da Silva
como parte de su estrategia de Hambre Cero. Ruth, que siempre se rehusó a usar
el título de Primera Dama, fue también una antropóloga destacada que se
desempeñó como profesora en diversas universidades de América y Europa, que
brilló con luz propia al lado del ex presidente.
Fernando
Henrique Cardoso es un líder global, un intelectual público cuyas reflexiones
en el plano político, económico y social han abordado temas diversos como el
desarrollo en América Latina, el Estado, la política económica, las
transiciones democráticas, los autoritarismos burocráticos, la lucha contra la
pobreza, el populismo y la política antidrogas. Por su valioso aporte
académico, su intachable trayectoria política, su compromiso con la defensa de
las libertades y la lucha contra la pobreza y la desigualdad, Cardoso tiene
bien merecido el título de doctor honoris
causa de la Pucp y todos los que a lo largo de su vida ha ido recibiendo de
manos de las más importantes y prestigiosas universidades del mundo.
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