La
he devorado y disfrutado de principio a fin (por eso ahora la releo). Hace
mucho tiempo que una novela escrita por un peruano como Jeremías Gamboa no me
atrapaba de esta manera. No soy crítico literario, ni pretendo serlo. Pero le
dedicaré esta columna (por lo general de corte constitucional y político) a
“Contarlo Todo”, la primera novela de este talentoso peruano. Y espero, porque esa
es mi única aspiración, que cuando el lector termine de ojear este breve texto,
se anime y corra a comprar este libro. Estoy seguro que quedarán fascinados. La
novela es, como algunos dicen, un relato para ser leído de un tirón y en una o
dos noches (507 páginas, por si acaso), sin necesidad de tazas de café, ni nada
que se les parezca, pues la historia no le permite al lector cerrar los ojos, y
si acaso eso pasa, al despertar la retomará deseando que esta nunca se acabe.
La
opinión de Mario Vargas Llosa
Empecemos
diciendo que para Mario Vargas Llosa JG ha demostrado en esta novela ser un
“escritor perfectamente dueño de sus medios expresivos, que sabe concentrarse
en lo esencial, que es siempre contar una historia bien contada”. Yo solo
añadiría que además de lo afirmado por nuestro Nobel, sobre lo fundamental que
es para un novelista saber contar una buena historia (pues un buen tema no
asegura una buena novela si esta no está bien narrada), lo realmente importante
para un escritor es encontrarse a sí mismo.
Para
mí, JG también ha logrado eso en esta novela (solo largas horas de lectura y
estudio permiten eso, creo yo), pues el autor nos muestra su propia voz y sello,
algo que muy pocos escritores logran en su vida. Como alguna vez lo escuché
decir a un profesor de literatura en la Pucp “es más fácil parecerse a un buen
escritor, que llegar a ser un escritor auténtico, pues ese privilegio está
reservado únicamente para los verdaderos talentos literarios”. Esto lo decía
siempre al finalizar la clase de Narrativa en la Facultad de Letras (mis años
maravillosos).
La
historia en la novela
“Contarlo
Todo” es la historia de Gabriel
Lisboa, un muchacho de condición humilde que vive en el distrito popular de
Santa Anita en casa de sus tíos Laura y Emilio; y que gracias a una beca de
estudio (la misma que debe mantener a lo largo de toda la carrera) puede
estudiar en la Universidad de Lima, un lugar en donde Gabriel se siente extraño,
un ser perdido en la nada, un joven que no creyendo pertenecer a ese mundo,
poblado de chicos y chicas con los cuales jamás cruza palabra, se refugia
primero en los libros de poesía, para luego, dejarse atrapar en los mundos narrativos
de las grandes novelas, mientras abraza su sueño más grande: convertirse en
escritor.
“He
intentado infructuosamente convertirme en alguien que escribe un libro, o he
intentado vivir como alguien que escribe uno o como creía que tendría que vivir
alguien que lo hiciera pero durante diez años no he escrito una sola línea que
me gustara”, afirma Gabriel. “Contarlo Todo” es justamente eso (pero mucho
más), un relato autobiográfico que empieza con un adolescente que no sabe con qué
palabra iniciar un relato y que termina con un escritor sentando frente al
computador -premio que ganara por
obtener el primer lugar en el Concurso de Narrativa de su universidad- capaz de contar una gran historia. Su propia
historia. La historia de muchos que ahora mismo también comparten ese sueño.
Lima
en la novela
En
“Contarlo Todo”, el autor también nos muestra el rostro desgarrado de una Lima
de los 90 (los años del dictador, se dice en el relato) caótica, desordenada y
hostil. Como bien lo apunta Alonso Cueto, “esta novela alterna la crónica
social, con las historias de amor (del personaje y sus amigos) y las confesiones
privadas”. Los miedos, alegrías y tristezas que marcan la piel y el alma del
personaje son conocidos por el lector gracias al estilo sutil pero potente de
la narración. Así, el narrador de “Contarlo Todo”, logra hacernos parte de una
serie de historias que se suceden, entrecruzan y superponen, las cuales se
encuentran unidas por un hilo que las atomiza y articula volviéndolas una: el
sueño de este joven de convertirse en escritor.
Se
hace camino al andar
Pero
además, como bien se lee en la contratapa del libro, “Contarlo Todo” es también
una gran novela de aprendizaje; un relato conmovedor que nos muestra la forma
de encontrar un lugar en el mundo y la construcción de una identidad propia, el
papel que juega en nuestra vida la gente que comparte nuestros sueños y la
pulsión y el terror que implica la escritura.
Gabriel,
a través de su propia historia, terminará por darse cuenta que para convertirse
en escritor uno tiene que atravesar por un largo camino, de marchas y
contramarchas, y que para ello, a veces uno tiene vivir experiencias infelices,
como aquellas en las cuales tuvo que redactar crónicas de fútbol, artículos
sobre modas o columnas para mujeres tituladas: “Temores de ellos en la cama” o
“Secretos para complacerlos”, en la “Industria” (el medio escrito más
importante del país donde él hiciera sus prácticas). ¿Qué escritor no ha
escrito algo por pura obligación o necesidad alguna vez? Gabriel también lo
hizo y los lectores lo hemos acompañado en ese quehacer.
Notas
para el lector
Ahora bien, y con la convicción de que más de
uno se haya animado a leer esta novela, me gustaría terminar este breve
comentario marcando algunas notas que creo resultan importantes para el lector:
1) Una de las grandes fortalezas de la narración es la capacidad del autor para
construir personajes, describir situaciones y recrear espacios; 2) La novela
tiene capítulos que pueden leerse como cuentos cortos pues abren y cierran
pequeñas historias en sí mismos; 3) La primera parte de la novela nos narra la historia
de cómo Gabriel se inicia en el oficio de escribir, y todo parte desde aquel
día en el que por primera vez pisa el local de la “Revista Proceso”; 4) La
segunda parte se centra en la historia de amor que Gabriel vive con Fernanda,
la misma que le permite al narrador acercarse a problemas que nuestra sociedad aún
no ha logrado superar: el racismo, la discriminación, el clasismo y la
exclusión; y 5) Si bien la novela puede ser vista como una larga confesión del
protagonista esta recrea un sinfín de situaciones y se nutre con la presencia
de una serie de personajes que enriquecen la historia dotándola de mayor fuerza
y persuasión.
Finalmente,
no quiero terminar este comentario sin antes recomendarles (nuevamente) que
compren y lean esta novela, rica en personajes y llena de suspenso, pero al
mismo tiempo, quiero aprovechar este espacio para agradecerle a mi madre por
haber puesto este libro debajo del árbol en esta navidad para disfrute y gusto
de quien ahora pone este punto final: su hijo que la amará hasta después de la
muerte. Gracias madre, por estar siempre presente.
Etiquetas: CONTARLO TODO, GABRIEL LISBOA, JEREMÍAS GAMBOA
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