Esa es la conclusión a la
que todo peruano llegará si se toma la molestia de informarse un poquito.
Señalo esto debido al nefasto dictamen que se acaba de aprobar en la Comisión
de la Mujer de nuestro Congreso. Palabras más, palabras menos, el contenido de
este atentando contra la razón se puede resumir de la siguiente manera: En el
Perú la educación sexual de los adolescentes no será tarea del Estado y las
mujeres no podrán abortar a pesar de que su vida, salud o integridad corran
grave peligro.
Así estamos, aunque ustedes
no lo crean tenemos a un grupo de congresistas que creen que el Estado no debe
impartir clases de educación sexual en nuestros colegios públicos. Para estas
personas con habilidades diferentes, los únicos responsables de educar a los
jóvenes mayores de 14 años son sus padres o tutores. Lo dicen sin el menor
temor al ridículo, porque basta ver las cifras
para darnos cuenta que una medida de este tipo es absolutamente
irracional en un país en el que el 13,5% de las adolescentes ya es madre y un
44% de ellas dice no conocer ningún método para prevenir las Enfermedades de
Transmisión Sexual.
Pero el asunto va más allá,
y como para demostrar que la estupidez humana no tiene límites, este dictamen
también supone la eliminación del derecho que tienen los adolescentes mayores
de 14 años a acceder a servicios de salud sexual y reproductiva. En otras
palabras, si el adolescente desea “informarse y educarse” con la finalidad de
ejercer de manera responsable su libertad sexual, simplemente no lo podrá
hacer. Y como tampoco recibirá orientación en las escuelas tendrá que esperar
que su padre o madre tengan el buen ánimo y la disposición de hablar con ellos
sobre ese tema que a muchos adultos todavía aterra: SEXO.
Ahora bien, lo grave de este
dictamen es que el contenido del mismo contradice abiertamente lo que nuestro
Tribunal Constitucional ha establecido en uno de sus más recientes fallos, pues para este Colegiado: “el Estado es uno de los sujetos obligados a garantizar el ejercicio del
derecho a la libertad sexual de los adolescentes a través de la Educación
Sexual, además de reconocer que los adolescentes no pueden ser privados de
información vinculada a la actividad sexual, debiendo ser el Ministerio de
Salud, entre otros órganos estatales, quienes deben cumplir con su
obligación de establecer sistemas de información eficaces dirigidos
adolescentes sobre las posibilidades, desarrollo y consecuencias de la
actividad sexual”.
Como queda claro, los miembros
(salvo honrosas excepciones) de esta Comisión
no tienen ni la menor idea de las graves consecuencias que su dictamen
puede traer consigo. Y no contentos con recortar los derechos de los
adolescentes en materia de educación y salud sexual, no han tenido mejor idea que
pretender cercenar el derecho de las mujeres a defender sus derechos buscando
la prohibición absoluta del aborto en el Perú. Recordemos que en la legislación
de nuestro país se habla de tres tipos de aborto: 1) Terapéutico, 2)
Eugenésico; y 3) Sentimental. Veamos.
El aborto terapéutico es
legal en nuestro país desde 1940. Sin embargo, hasta nuestros días, este tipo
de aborto no ha sido reglamentado oportunamente, y no existiendo un protocolo
que haga posible su implementación, simplemente no opera. Ello ha ocasionado
que muchas mujeres (niñas y adolescentes, inclusive) no reciban el auxilio
médico oportuno en casos en los cuales la única salida para salvaguardar sus
derechos es la práctica de este tipo de aborto.
El aborto eugenésico está
penalizado, pero existe en el mundo actual un consenso mayoritario en torno a
la necesidad de legalizarlo pues existen circunstancias (el embrión
anancefálico, por ejemplo) en las cuales obligar a la mujer a continuar con el
embarazo constituye un acto cruel e injusto que denigra y vulnera su dignidad.
Finalmente, el aborto
sentimental también debe ser legalizado pues se trata de un supuesto en el cual
el producto de la concepción es el resultado de una violación sexual. ¿Por qué
entonces una mujer que ha sido víctima de una agresión tan salvaje como ésta
debe ser obligada a seguir adelante con su embarazo? Como se darán cuenta no
existe razón para obligar a las mujeres a asumir el rol de “mártires o santas”.
Y así lo vienen reconociendo los países de nuestra región en los cuales el
Estado no se deja maniatar por la supina idiotez de conservadores y
ultramontanos que biblia o crucifijo en mano pretenden limitar la libertad de
las mujeres.
Una vez más, los miembros de
esta Comisión se burlan de lo que tribunales internacionales como la Corte
Interamericana han señalado respecto a la protección de los derechos de las
mujeres y del concebido. Como muchos saben, la Corte señaló en la sentencia del Caso Artavia Murillo y otros
vs. Costa Rica, que: “el embrión no puede ser entendido como
persona, que la concepción tiene lugar desde el momento en que el embrión se
implanta en el útero y que la protección del derecho a la vida con arreglo a
dicha disposición no es absoluta, sino es gradual e incremental según su
desarrollo”. Por tanto, resulta perfectamente
legal despenalizar el aborto en situaciones excepcionales como las antes
descritas en defensa de los derechos de las mujeres.
Este dictamen, además de
hacernos ver a los peruanos como una sociedad de cavernícolas e idiotas
oscurantistas, es absolutamente inconstitucional, no sólo porque desconoce
pronunciamientos de nuestro Alto Tribunal, sino también porque omite las
recomendaciones que en su momento Naciones Unidas le hicieran al Perú sobre la
necesidad de reglamentar el aborto terapéutico. Basta recordar el caso de la
joven Karen Llantoy (2001) que fue obligada a dar a luz a un bebé anancefálico
o el de la niña de 13 años a quien el Ministerio de Salud se negó a practicarle
el aborto a pesar de ser víctima de violación sexual y necesitar una
intervención a la columna para evitar quedar paralítica (2007).
En el Perú, y esto es algo
que no debemos olvidar, se producen 300000 abortos clandestinos por año. De
cada 1000 mujeres que abortan, 94 son atendidas por abortos incompletos y 2
mueren por complicaciones ocasionadas por este tipo de prácticas. Yo me pregunto:
¿Mueren las mujeres que pueden pagar una clínica privada y practicarse el
aborto de manera segura?, o ¿Mueren las mujeres pobres y marginales que ponen
sus cuerpos en manos de carniceros en lugares sucios y miserables?
Esas son las cifras que esta
Comisión no quiere ver, esa es la realidad que sus miembros pretenden encubrir
(salvo excepciones), este es el país al que estos representantes del
conservadurismo más miope y reaccionario pretenden dejar sin cursos de
orientación sexual para los jóvenes, este es el país a cuyos jóvenes les
pretenden negar el derecho a acceder a servicios de salud sexual, este es el
país a cuyas mujeres las están condenando a morir en manos de matronas y
parteras por haberse atrevido a reclamar su derecho a vivir con dignidad. Este
es mi país, lleno de cavernícolas como las dos congresistas evangelistas del
fujimorismo cuyos votos aprobaron este dictamen.
Etiquetas: aborto eugenésico, aborto sentimental, aborto terapéutico, educación sexual, Karen Llantoy, legalización del aborto, orientación sexual
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