En el
último informe sobre el Índice de Percepción de Corrupción del año 2012
(estudio elaborado por Transparencia Internacional) nuestro país ocupa el
puesto 83 entre 176 países. Eso quiere decir que nuestro país es uno de los estados
con un Índice de Percepción de Corrupción alto a nivel mundial. Para que tengan
una idea de cómo estamos en la región podemos decir que únicamente Chile y
Uruguay (ambos comparten el puesto 20) son los países de América Latina que
sobresalen como los más transparentes junto a estados desarrollados como
Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda.
La
ubicación de los países de la región en este ranking
Como lo
acabamos de señalar, Chile y Uruguay son los países de Latinoamérica mejor
ubicados en este ranking. Le siguen países como Costa Rica (48), Cuba (58) y
Brasil (69). Nuestro país comparte el puesto 83 con El Salvador y Panamá.
Detrás nuestro se encuentran ubicados Colombia (94), Argentina (102), Bolivia
(105) y México (105). Finalmente, ocupando los últimos lugares, aparecen
Paraguay (150) y Venezuela (165) como los países de nuestra región con los
mayores Índices de Percepción de Corrupción, respectivamente.
Las
conclusiones en este Informe
Como lo han señalado los
representantes de Transparencia Internacional, una extendida corrupción acentúa
las desigualdades, debilita a las democracias, incita a la violencia y da pie
para que el crimen crezca. Ahora bien, si nos ceñimos a los resultados
obtenidos en este estudio, podemos afirmar, como lo hizo Huguette Labelle,
presidenta de esta institución, que las sociedades continúan pagando el alto
costo que supone la corrupción. Esto es así dado que miles de millones de
dólares se pierden en actos de corrupción. Dinero que podría ser invertido en
obras, programas o iniciativas destinadas a combatir la pobreza, reducir la desigualdad
o mejorar la calidad de vida de las personas menos favorecidas.
Una gran
investigación sobre la corrupción en el Perú
A
propósito de lo antes señalado, aprovecho esta oportunidad para comentar
algunos de los datos que han sido recogidos en el recientemente publicado libro
de Alfonso Quiroz (1956-2013) titulado “Historia de la Corrupción en el Perú”.
Desde ya quiero recomendar la lectura de este libro que estoy seguro se
convertirá en un material de consulta obligatoria para todos aquellos
interesados en el estudio de la historia de la corrupción de nuestro país desde
los primeros años de fundación de nuestra República.
Las
fuentes de la investigación
La
importancia de esta investigación radica en la rigurosidad con la que Alfonso
Quiroz llevó adelante la tarea de comprobación y sistematización de datos. Es
la primera vez, así lo han señalado diversos especialistas, que en una
investigación sobre la corrupción en el Perú se ha podido acceder a documentos
reservados, archivos peruanos y extranjeros, informes desclasificados de los Estados
Unidos, documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano y otras
fuentes de difícil acceso que corroboren muchos de los datos e hipótesis que se
tenían en torno a este tema. Cabe señalar que en esta investigación sólo se han
registrado aquellos datos que pudieron ser corroborados por más de una fuente
(eso quiere decir que quizá el saqueo del erario público haya sido mucho
mayor).
Las
cifras registradas son devastadoras
En el
estudio se señala que entre el 30% y 40% del presupuesto nacional desde inicios
de la República se ha perdido en actos de corrupción. Ahora, si analizamos esas
cifras a la luz de nuestro PBI, podemos afirmar que la corrupción se engulle
aproximadamente el 4% del mismo. No resulta descabellada entonces la afirmación
del autor que señala que ha sido el manejo corrupto de nuestra economía una de
las principales causas del retraso de nuestro país.
Corrupción
y crecimiento económico
En el
libro encontramos datos que confirman la siguiente hipótesis: los niveles de
corrupción aumentan durante los períodos de mayor crecimiento económico. Este
dato es fundamental si tomamos en cuenta que nuestro país durante los últimos
años viene registrando una senda de crecimiento económico sostenido como nunca
antes en la historia. ¿Cuántos millones de soles generados a partir de ese
crecimiento se han perdido en actos de corrupción? ¿Hemos hecho el esfuerzo por
generar los controles institucionales necesarios para frenar los actos de
corrupción? ¿Es posible pensar en un Perú libre del fantasma de la corrupción? Ustedes
tienen las respuestas. Sólo espero que los más no perdamos el ánimo de seguir
luchando en contra de este flagelo.
Corrupción
y autoritarismos (o dictaduras)
Otro dato
interesantísimo que este estudio arroja está asociado a la relación simbiótica
que existe entre la corrupción y la presencia de gobiernos autoritarios o
dictatoriales. En otras palabras, mientras más autoritario es el Gobierno de
turno, mayores son los incentivos para que los agentes públicos y privados
incurran en actos de corrupción.
Eso se
explica de modo muy sencillo: habiendo abolido los controles propios de la
democracia y del Estado de Derecho, los gobernantes autoritarios y sus
camarillas, tienen menos frenos a la hora de malversar y/o apropiarse del
dinero público. Ergo, los corruptos saltan en un pie cada vez que en nuestro
país la democracia es petardeada y los regímenes autoritarios se apropian de la
dirección política de nuestra patria.
Los
gobiernos más corruptos de la historia (democracia vs autoritarismo)
Teniendo
en cuenta lo ya expuesto, no resulta extraño afirmar que los periodos de mayor
corrupción de nuestra historia republicana sean coincidentemente los periodos
en los que nuestra democracia fue ferozmente destruida por líderes autoritarios
que no tuvieron mayores reparos en ser actores directos o cómplices diligentes
del saqueo económico a gran escala.
Según los
datos que registra el libro, los períodos de mayor corrupción en el siglo XIX
fueron las décadas del 30 y del 50. Mientras que en el siglo XX, fueron los
gobiernos de Leguía, Odría, Fujimori, Velasco y Alan García (primer periodo)
los años en los que la corrupción ocasionó las mayores pérdidas: 72%, 46%, 50%,
42% y 35%, respectivamente, del gasto público.
La
corrupción como parte de nuestro imaginario colectivo
¿Hemos
perdido los peruanos nuestra capacidad de indignación? Pareciera que sí al tomar
como referencia el comportamiento electoral de nuestros ciudadanos en los
últimos años. ¡Que robe, pero que haga obra! Es la frase que mejor grafica la
manera cómo nuestro elector reflexiona evidenciando la tolerancia social de la
que goza la corrupción en nuestro país. Algo anda muy mal en la sociedad
peruana para que en las últimas elecciones nacionales la representante de uno
de los gobiernos más corruptos de nuestra historia haya estado a punto de ser
elegida presidenta de todos los peruanos.
Apunte
Final
Tomemos
nota de esto último, porque como dicen los estudiosos, lo peor que podemos
hacer como sociedad es acostumbrarnos a la corrupción. No debemos permitir que
la corrupción se convierta en una forma de “ser peruano”. Sepamos que ha sido
justamente esta aquiescencia social la que incubó y permitió que la corrupción
se expanda como un cáncer terrible que carcome nuestro aparato público y
destruye los cimientos éticos de nuestra sociedad día a día.
Etiquetas: Alfonso Quiroz, corrupción, Historia de la corrupción en el Perú, Transparencia Internacional
1 comentarios:
Muy interesante tu análisis. Excelente.
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