lunes, 27 de mayo de 2013

EL COSTO DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERÚ



En el último informe sobre el Índice de Percepción de Corrupción del año 2012 (estudio elaborado por Transparencia Internacional) nuestro país ocupa el puesto 83 entre 176 países. Eso quiere decir que nuestro país es uno de los estados con un Índice de Percepción de Corrupción alto a nivel mundial. Para que tengan una idea de cómo estamos en la región podemos decir que únicamente Chile y Uruguay (ambos comparten el puesto 20) son los países de América Latina que sobresalen como los más transparentes junto a estados desarrollados como Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda.

La ubicación de los países de la región en este ranking

Como lo acabamos de señalar, Chile y Uruguay son los países de Latinoamérica mejor ubicados en este ranking. Le siguen países como Costa Rica (48), Cuba (58) y Brasil (69). Nuestro país comparte el puesto 83 con El Salvador y Panamá. Detrás nuestro se encuentran ubicados Colombia (94), Argentina (102), Bolivia (105) y México (105). Finalmente, ocupando los últimos lugares, aparecen Paraguay (150) y Venezuela (165) como los países de nuestra región con los mayores Índices de Percepción de Corrupción, respectivamente.

Las conclusiones en este Informe

Como lo han señalado los representantes de Transparencia Internacional, una extendida corrupción acentúa las desigualdades, debilita a las democracias, incita a la violencia y da pie para que el crimen crezca. Ahora bien, si nos ceñimos a los resultados obtenidos en este estudio, podemos afirmar, como lo hizo Huguette Labelle, presidenta de esta institución, que las sociedades continúan pagando el alto costo que supone la corrupción. Esto es así dado que miles de millones de dólares se pierden en actos de corrupción. Dinero que podría ser invertido en obras, programas o iniciativas destinadas a combatir la pobreza, reducir la desigualdad o mejorar la calidad de vida de las personas menos favorecidas.

Una gran investigación sobre la corrupción en el Perú

A propósito de lo antes señalado, aprovecho esta oportunidad para comentar algunos de los datos que han sido recogidos en el recientemente publicado libro de Alfonso Quiroz (1956-2013) titulado “Historia de la Corrupción en el Perú”. Desde ya quiero recomendar la lectura de este libro que estoy seguro se convertirá en un material de consulta obligatoria para todos aquellos interesados en el estudio de la historia de la corrupción de nuestro país desde los primeros años de fundación de nuestra República.

Las fuentes de la investigación

La importancia de esta investigación radica en la rigurosidad con la que Alfonso Quiroz llevó adelante la tarea de comprobación y sistematización de datos. Es la primera vez, así lo han señalado diversos especialistas, que en una investigación sobre la corrupción en el Perú se ha podido acceder a documentos reservados, archivos peruanos y extranjeros, informes desclasificados de los Estados Unidos, documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano y otras fuentes de difícil acceso que corroboren muchos de los datos e hipótesis que se tenían en torno a este tema. Cabe señalar que en esta investigación sólo se han registrado aquellos datos que pudieron ser corroborados por más de una fuente (eso quiere decir que quizá el saqueo del erario público haya sido mucho mayor).

Las cifras registradas son devastadoras

En el estudio se señala que entre el 30% y 40% del presupuesto nacional desde inicios de la República se ha perdido en actos de corrupción. Ahora, si analizamos esas cifras a la luz de nuestro PBI, podemos afirmar que la corrupción se engulle aproximadamente el 4% del mismo. No resulta descabellada entonces la afirmación del autor que señala que ha sido el manejo corrupto de nuestra economía una de las principales causas del retraso de nuestro país.

Corrupción y crecimiento económico

En el libro encontramos datos que confirman la siguiente hipótesis: los niveles de corrupción aumentan durante los períodos de mayor crecimiento económico. Este dato es fundamental si tomamos en cuenta que nuestro país durante los últimos años viene registrando una senda de crecimiento económico sostenido como nunca antes en la historia. ¿Cuántos millones de soles generados a partir de ese crecimiento se han perdido en actos de corrupción? ¿Hemos hecho el esfuerzo por generar los controles institucionales necesarios para frenar los actos de corrupción? ¿Es posible pensar en un Perú libre del fantasma de la corrupción? Ustedes tienen las respuestas. Sólo espero que los más no perdamos el ánimo de seguir luchando en contra de este flagelo.

Corrupción y autoritarismos (o dictaduras)

Otro dato interesantísimo que este estudio arroja está asociado a la relación simbiótica que existe entre la corrupción y la presencia de gobiernos autoritarios o dictatoriales. En otras palabras, mientras más autoritario es el Gobierno de turno, mayores son los incentivos para que los agentes públicos y privados incurran en actos de corrupción.

Eso se explica de modo muy sencillo: habiendo abolido los controles propios de la democracia y del Estado de Derecho, los gobernantes autoritarios y sus camarillas, tienen menos frenos a la hora de malversar y/o apropiarse del dinero público. Ergo, los corruptos saltan en un pie cada vez que en nuestro país la democracia es petardeada y los regímenes autoritarios se apropian de la dirección política de nuestra patria.

Los gobiernos más corruptos de la historia (democracia vs autoritarismo)

Teniendo en cuenta lo ya expuesto, no resulta extraño afirmar que los periodos de mayor corrupción de nuestra historia republicana sean coincidentemente los periodos en los que nuestra democracia fue ferozmente destruida por líderes autoritarios que no tuvieron mayores reparos en ser actores directos o cómplices diligentes del saqueo económico a gran escala.

Según los datos que registra el libro, los períodos de mayor corrupción en el siglo XIX fueron las décadas del 30 y del 50. Mientras que en el siglo XX, fueron los gobiernos de Leguía, Odría, Fujimori, Velasco y Alan García (primer periodo) los años en los que la corrupción ocasionó las mayores pérdidas: 72%, 46%, 50%, 42% y 35%, respectivamente, del gasto público.

La corrupción como parte de nuestro imaginario colectivo

¿Hemos perdido los peruanos nuestra capacidad de indignación? Pareciera que sí al tomar como referencia el comportamiento electoral de nuestros ciudadanos en los últimos años. ¡Que robe, pero que haga obra! Es la frase que mejor grafica la manera cómo nuestro elector reflexiona evidenciando la tolerancia social de la que goza la corrupción en nuestro país. Algo anda muy mal en la sociedad peruana para que en las últimas elecciones nacionales la representante de uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia haya estado a punto de ser elegida presidenta de todos los peruanos.

Apunte Final

Tomemos nota de esto último, porque como dicen los estudiosos, lo peor que podemos hacer como sociedad es acostumbrarnos a la corrupción. No debemos permitir que la corrupción se convierta en una forma de “ser peruano”. Sepamos que ha sido justamente esta aquiescencia social la que incubó y permitió que la corrupción se expanda como un cáncer terrible que carcome nuestro aparato público y destruye los cimientos éticos de nuestra sociedad día a día.

Etiquetas: , , ,

1 comentarios:

A las 5 de diciembre de 2016, 13:09 , Blogger araceli Luna * ha dicho...

Muy interesante tu análisis. Excelente.

 

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio