El resultado era previsible, el pronóstico se
cumplió, hace unos días, la Corte Suprema de Chile decidió aprobar la
ampliación de la extradición de Alberto Fujimori, sentenciado por delitos de violación
a los derechos humanos y diversos actos de corrupción en nuestro país. Esta vez
la justicia chilena encontró razones más que suficientes para determinar que de
las pruebas aportadas por el Estado peruano, existen indicios razonables que
acreditan la responsabilidad penal de Fujimori en el caso de los “Diarios
Chicha”.
En los considerandos de la resolución se
estableció que Alberto Fujimori dispuso el manejo de los medios de prensa
escrita, con el ánimo de favorecer su reelección para el periodo 2000-2005. Y
que para llevar a cabo este operativo, ordenó a los ex Comandantes de las
Fuerzas Armadas y a su ex asesor, Vladimiro Montesinos, desviar fondos públicos
de los institutos de la Fuerza Aérea y Ejército Peruano al Servicio de
Inteligencia Nacional, bajo la modalidad de gastos reservados, colocando en
manos de su asesor miles de soles que nos pertenecían a todos los peruanos.
En el informe fiscal se concluye que fue su
condición de Presidente de la República y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas,
las que le permitieron a Alberto Fujimori, intervenir directamente en diversos
órganos y ordenar a una pluralidad de autoridades y funcionarios la comisión de
diversos actos ilegales relacionados todos ellos con el financiamiento de su
campaña electoral, hechos que sin lugar a dudas ponen en evidencia su
responsabilidad directa, al haber manipulado la administración del dinero de
todos nosotros para usarlo en su beneficio personal.
Como se recuerda, Alberto Fujimori intentó
por todos los medios alcanzar su segunda reelección. Uno de ellos fue la
elaboración de psicosociales para ser difundidos por los medios de comunicación
con el objetivo de manipular a la opinión pública para apuntalar su candidatura
y su condición de líder irreemplazable. Alberto Fujimori, ayudado por Vladimiro
Montesinos, no solo compró con dinero público la línea editorial de los
principales medios de comunicación televisivos, sino que engendró a un grupo de
“Diarios Chicha” (la denominada prensa basura) que tuvo por misión minar la
imagen de los candidatos opositores recurriendo a prácticas viles como la
difamación, injuria y calumnia.
Pero más allá del daño que a toda democracia
le hace el uso indebido de fondos públicos para fines subalternos, práctica que
no es otra cosa que la muestra más evidente de los niveles de corrupción
registrados durante sus diez años de Gobierno, el caso de los “Diarios Chicha”
es paradigmático pues inauguró en nuestro país un capítulo de nuestra historia
en donde el oprobio y la agresión verbal, el insulto y calumnia impresos en
tinta llenaban los titulares de diarios de cincuenta céntimos, enrareciendo el
clima electoral y envileciendo la política en un país en donde el señor Alberto
Fujimori buscó derogar la honra de todo aquel que se oponía a su voluntad y se
negaba a ser parte de la mafia que él dirigía.
En la resolución de la justicia chilena, no
sólo se establece la presunta responsabilidad penal de Alberto Fujimori, sino
que por vez primera se lanza una cifra (conservadora) del monto total del
dinero que Alberto Fujimori se apropió y derrochó repartiéndolo entre las salas
de redacción de estas cloacas periodísticas. La cifra de este dinero mal habido
es de 122 millones de nuevos soles. Ese es el dinero que Alberto Fujimori puso
en las manos y bolsillos de Vladimiro Montesinos para acabar con la imagen de
los políticos no alineados.
Este será un nuevo juicio que Alberto Fujimori
deberá afrontar, será una nueva oportunidad para que todos los peruanos sepamos
a ciencia cierta el nivel de podredumbre moral y ética al que este señor nos
condenó durante casi una década. No obstante ello, parece que la estrategia de
la familia Fujimori será otra, o en todo caso, será la misma que han utilizado
en otros procesos en donde para evitar que el Perú entero recuerde la manera
sistemática como él y sus solícitos colaboradores delinquían, decidieron que
Alberto Fujimori se acogiese a la conclusión anticipada.
Más allá de ello, de la posible estrategia
judicial que la defensa de Alberto Fujimori ensaye, es importante que los
peruanos no perdamos la memoria, que recordemos los errores cometidos en el
pasado, que miremos con objetividad y sin apasionamientos los años de la década
de la ignominia para proponernos no volver a pisar el palito, caer en la trampa
de aquellos que hoy en día tratan de ocultar esta información, tal y como ha
ocurrido en este caso, basta con mirar el tratamiento que algunos medios de
comunicación le han dado a esta noticia, para darnos cuenta que la mafia sigue
operando y que la campaña de victimización pro indulto continuará durante mucho
más tiempo.
Etiquetas: Alberto Fujimori, corrupción, Corte Suprema de Chile, diarios chicha, extradición, Vladimiro Montesinos
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio