sábado, 11 de junio de 2016

REFORMA CONSTITUCIONAL Y CAMPAÑA ELECTORAL

El día 03ABR2016 se llevó a cabo el debate presidencial organizado por el JNE. Más allá de las críticas que puedan recibir el formato y dinámica del mismo, lo cierto es que uno de los temas que los candidatos nuevamente han puesto en agenda es el cambio del modelo económico, y con ello, el cambio o reforma de la Constitución. Además, el ex Presidente Alan García Pérez, ha vuelto a plantear lo que ya propuso en 2006: ampliar los supuestos de aplicación de la pena de muerte para los sicarios y violadores, propuesta, que como sabemos, también exige una reforma constitucional. 
Los candidatos Mendoza, Barnechea y Santos, con mayor o menor énfasis, han cuestionado el modelo económico actual. Han señalado que el modelo actual no permite reducir la desigualdad estructural en el Perú, y que por lo tanto, es necesario hacer cambios profundos con el objetivo de contar con un orden económico mucho más inclusivo. Para ello, los dos primeros, han planteado abiertamente el cambio del capítulo económico de la Constitución, e incluso, hablan de promulgar una nueva Constitución que sea la base para la construcción de un orden más equitativo, que le devuelva al Estado la posibilidad de impulsar el crecimiento asumiendo un rol más protagónico en materia económica.
Al respecto, y al margen de las simpatías o enconos que Mendoza o Santos puedan despertar en el electorado (Barnechea no propuso el cambio de la Constitución, pero sí reformas profundas al modelo), lo cierto es que cambiar y/o reformar la Constitución no es una medida sencilla de concretar, más cuando en el Parlamento no se cuenta con una mayoría propia o una coalición partidaria que le permita al partido de Gobierno unir fuerzas políticas y alcanzar el número de votos necesario para hacer viable la propuesta.
Decimos ello ya que según las últimas encuestas, el fujimorismo y otras fuerzas políticas identificadas con la centro derecha, y por ende, defensoras a ultranza del modelo vigente, alcanzarán más de 90 curules. Entonces, si tomamos en cuenta que el número legal de congresistas es 130, resulta claro que ni Mendoza ni Santos contarán con el apoyo para llevar a cabo el cambio y/o reforma constitucional propuesta.
Sobre este punto, debemos recordar que el artículo 206° de la Constitución establece que toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta del número legal de sus miembros (es decir, 66 votos), y ratificada mediante referéndum. No obstante, la Constitución también dispone que puede omitirse el referéndum cuando el acuerdo del Congreso se obtiene en dos legislaturas ordinarias sucesivas con una votación favorable, en cada caso, superior a los dos tercios del número legal de congresistas (es decir, 88 votos).
Si ello es así, ¿Por qué los candidatos que saben que no contarán con mayoría congresal se atreven a proponer un cambio o reforma constitucional irrealizable? Lo hacen porque es una manera de capitalizar el voto de quienes están disconformes con el “stablishment” (suficiente para pasar a la segunda vuelta), mostrándose como los verdaderos abanderados del cambio. Y lo hacen, porque cuestionar moralmente a la Constitución también es una manera de capitalizar el anti fujimorismo y prepararse para una eventual segunda vuelta.

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