En la columna pasada (21ENE2015), abordamos el tema de la
participación política de la mujer en América Latina desde una perspectiva
comparada. En esa primera parte del análisis, observamos los avances que en la
región se vienen registrando en cuanto al número de mujeres que han logrado ser
elegidas como Presidentas de la República, incluso algunas de ellas reelectas
como Cristina Fernández, Michelle Bachelet o Dilma Rousseff durante los últimos
años.
En esta oportunidad, lo
que haremos es examinar la situación de las mujeres al interior de los partidos
políticos, determinando su grado de inclusión en las cúpulas de poder y las
medidas adoptadas por los mismos para fomentar la participación y la equidad de
género, tomando como referencia la investigación de IDEA y el BID titulada:
“Partidos políticos y paridad: Un desafío de la democracia en América Latina”.
Al respecto, la
investigación aborda la problemática en tres campos diferentes: 1) En lo
Retórico – Discursivo; 2) En lo orgánico; y 3) En la competencia electoral
parlamentaria y en el ejercicio del poder.
En lo Retórico – Discursivo:
Sobre este punto, la
investigación revela que más de la mitad de los partidos encuestados no hacen
ninguna mención en sus estatutos a la igualdad/equidad de género o a la no
discriminación por sexo. Este dato es importante ya que si tomamos en cuenta
que en los estatutos partidarios se recogen aquellos principios que guían su
actuación y que, en consecuencia, intentan promover, saber si estos recogen la
figura de la igualdad de género o la no discriminación por sexo, puede ser un
primer indicador de su compromiso con este tema en su acción política, así como
también una herramienta para que los y las militantes exijan a la organización
política medidas concretas para promoverla en los hechos.
Los datos de la
investigación muestran que la mayoría de los partidos (55,1%) no tienen ningún
compromiso con la igualdad de género o la no discriminación por sexo, ya que no
mencionan estos temas en sus estatutos. Contrariamente, un 20,3% incluye los
temas de igualdad/equidad de género en los apartados relacionados con sus
principios fundamentales, un 7,3% los menciona en otras secciones, lo que
podría dar a entender un tratamiento más integral. Finalmente, solo un 11,6%
alude al principio de no discriminación por sexo y muchas veces junto a la no
discriminación de otros colectivos.
En lo Orgánico:
Sobre este punto, uno de
los principales hallazgos de la primera investigación del 2009 fue que existe
una importante presencia de mujeres en la base de los partidos políticos. Es
más, para los 7 países en los que se contaba con información disponible se
calculó que las mujeres representaban en promedio el 51,2% de la militancia,
una cifra similar a la obtenida para 5 países en la actualización realizada en
esta segunda investigación (Argentina, Chile, Guatemala, Perú y Uruguay), donde
el promedio es del 51,5%. Sin embargo, sigue siendo una tarea pendiente que las
organizaciones partidarias cuenten con padrones de militancia desagregados por
sexo que permitan conocer claramente las características de sus afiliados y afiliadas.
Ahora bien, más allá de
estas estadísticas vinculadas al padrón de militantes de los partidos
políticos, lo cierto es que la estructura de decisión de los partidos políticos
sigue siendo predominantemente masculina. Así, por ejemplo, las mujeres desempeñan
en promedio el 10,2% (5/59) de las presidencias y el 12,9% (8/62) de las
secretarías generales. No obstante ello, la situación parece mejorar respecto
de las máximas instancias ejecutivas nacionales, en las que ellas representan
en promedio un 20,4% (288/1410).No obstante ello, si se observa la situación de
estos 5 países en 2009, podemos apreciar que la presencia de mujeres era muy
similar: 19,7%. Es decir, se sigue cumpliendo eso que “a más poder, menos
mujeres”.
Asimismo, la investigación
también permite constatar dos datos que creemos necesario resaltar:
En primer lugar que las
Unidades de la Mujer siguen siendo espacios de actuación con poca influencia y
escasas oportunidades de participar en las decisiones de los partidos
políticos. Cuando hablamos de unidades de la mujer nos referimos a la
existencia (reconocida en los estatutos) de una unidad específica (secretaría,
comité, consejo, etcétera) orientada al trabajo con las mujeres. Sobre este
punto, la muestra arroja que solo un 55,8% (24/43) de estos le otorga una
representación directa en su máximo órgano ejecutivo.
Pero más allá de la
existencia formal de estas unidades de la mujer, es importante determinar qué
rol estarían cumpliendo en su afán de impulsar la igualdad de género al
interior de las organizaciones. Y para ello, es necesario indagar por el rol
que estas cumplen en temas como la conformación de las candidaturas, las
decisiones presupuestarias y la participación en la elaboración de los planes
de gobierno: 1) Solo un 16,7% de las organizaciones (7/42) asigna a las
unidades de la mujer una participación en la conformación de las candidaturas;
2) Solo un 14,3% (6/42) les ha otorgado algún voto especial, participación o
influencia en cuestiones presupuestarias; y 3) Solo un 7,1% (3/42) contempla su
participación en la elaboración de los planes de gobierno.
En segundo lugar que la
capacitación sigue siendo el principal instrumento para impulsar la
participación de las mujeres en el partido político. Eso quiere decir que si
bien las cuotas y la paridad han constituido en muchos casos un importante acelerador
de la participación política de las mujeres, existen otras medidas que pueden
fortalecer sus liderazgos y ayudarlas a que venzan los obstáculos de partida
que enfrentan en una competencia electoral en la que, habitualmente, los
hombres han sido los protagonistas. Una de estas medidas son las capacitaciones
a candidatas en contextos electorales, un recurso que el 58,1% (36/62) de los
partidos políticos declara haber realizado en la última elección, aunque pocos
brindan detalles acerca del número y fechas de las capacitaciones, así como
sobre los temas tratados.
En la competencia electoral parlamentaria y en el ejercicio del
poder:
Sobre este punto, la
investigación revela que en comparación con los datos obtenidos en 2009, la
presencia de las mujeres se ha incrementado en las listas electorales,
particularmente en los países que han adoptado la paridad o reformas para
mejorar la efectividad de la cuota. Sin embargo, dicho incremento en la oferta
electoral no siempre se ha traducido en una mayor representación en los escaños
de los congresos.
En esa línea, y como ya lo
adelantáramos en la columna pasada, en la actualidad 16 países han aprobado
leyes de cuota o paridad para garantizar una proporción de mujeres en la oferta
electoral de los partidos. Sin embargo, no todas estaban vigentes en las
últimas elecciones parlamentarias llevadas a cabo hasta 2012; así sucedió en
Colombia, El Salvador, Nicaragua y Uruguay. Asimismo, las reformas electorales
llevadas a cabo en Chile (2015), México (2014) y en Honduras (2012) han sido
posteriores a las últimas elecciones parlamentarias analizadas en esta
investigación, las de 2012 para el caso de México, y las de 2009 para los casos
de Chile y Honduras.
Asimismo, conviene decir
que el porcentaje de candidatas a la Cámara Baja (Diputados/Diputadas) o Única
alcanzó en promedio un 30,4%, 8 puntos porcentuales por encima al promedio
registrado para los mismos países en el análisis realizado en 2009. En el caso
de la Cámara Alta, la investigación demuestra que también se ha registrado un
incremento, aunque en menor proporción, ya que el porcentaje de candidatas ha
pasado del 25% en el 2009 al 29,2% en esta actualización.
A modo de conclusión,
podríamos afirmar que no obstante los avances alcanzados en este terreno,
existe una pieza clave que todavía se mantiene estática y se resiste al cambio:
los partidos políticos. En otras palabras, los partidos políticos siguen siendo
dominados por los hombres.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio