sábado, 19 de marzo de 2016

“CINCO ESQUINAS”, LA NUEVA NOVELA DE MARIO VARGAS LLOSA


Mario Vargas Llosa (MVLL), premio Nobel de literatura, acaba de publicar su nueva novela titulada “Cinco esquinas”. La historia de la novela se ubica durante los años del gobierno dictatorial de Alberto Fujimori. Como era de esperarse, dada la coyuntura electoral por la que atraviesa el Perú, algunas voces -sobre todo aquellas ligadas al fujimorismo- han señalado que la finalidad de esta novela no ha sido otra que la de minar la candidatura de Keiko Fujimori en su carrera a la Presidencia del Perú, algo que para cualquier ciudadano, medianamente culto, resulta, por decirlo menos, un disparate. 
Al respecto, el propio MVLL afirma que el momento de la publicación de su nueva novela es un dato circunstancial, y que no tiene ninguna relación con el proceso electoral peruano. Es más, MVLL ha señalado categóricamente que cuando él tiene algo que decir sobre la situación política del país lo hace mediante ensayos y artículos. Eso es algo que MVLL ha hecho durante toda su vida, basta leer (algo que el fujimorista promedio no hace) sus libros “Contra viento y marea”, “Desafíos a la libertad”, “Sables y utopías”, o sus columnas publicadas en el diario El País de España, para corroborar ello.
Esto último es importante subrayar, pues quienes seguimos la obra de MVLL (novelas, ensayos, artículos, etc.) sabemos que si algo caracteriza a nuestro Nobel es justamente su manera frontal de decir las cosas cuando se trata de sentar posición frente a gobiernos dictatoriales (sean de derecha o de izquierda) y líderes políticos (sean progresistas, liberales, populistas, etc.). Entonces, afirmar –como interesadamente lo hace el fujimorismo- que un Premio Nobel de literatura como MVLL, invierte horas de su valioso tiempo en la construcción de una novela con el objetivo de convertirla en un arma política en el marco de un proceso electoral, es algo que no resiste el menor análisis.
Ahora bien, con respecto a la obra, MVLL ha señalado que la idea de esta novela comenzó con una imagen de dos señoras amigas que de pronto una noche, de una manera impensada para ambas viven un situación erótica. Luego se fue convirtiendo en una historia policial, casi un thriller, el mismo que se fue transformando en una especie de mural de la sociedad peruana en los últimos meses o semanas de la dictadura de Fujimori y Montesinos.
Asimismo, MVLL afirma que le gustó la idea de que la historia se llamase “Cinco esquinas”, porque es el nombre de una zona emblemática de Barrios Altos, que representa también en esta novela, el desmoronamiento del Perú en la dictadura de Alberto Fujimori, el terrorismo de Sendero Luminoso, los crímenes del ejército, la corrupción y resquebrajamiento de la democracia en el Perú.

Además, MVLL advierte, en la contratapa del libro, que si hay un tema que permea, que impregna toda la historia, es el periodismo, el periodismo amarillo. La dictadura de Alberto Fujimori utilizó el periodismo de escándalo como un arma política para desprestigiar y aniquilar moralmente a todos sus adversarios. Pero al mismo tiempo, en la novela también está la otra cara, cómo el periodismo, que puede ser algo vil y sucio, puede convertirse de pronto en un instrumento de liberación, de defensa moral y cívica de una sociedad. Esas dos caras del periodismo, afirma MVLL, son uno de los temas centrales de “Cinco esquinas”.
Sobre este mismo tema, Sally Bowen, la prestigiosa periodista británica, autora del libro “Periodista al fin y al cabo. 20 años de investigación: Sendero, narcotráfico y política en el Perú 1988-2008” (una de las obras más vendidas en la Feria del Libro 2015 en el Perú), afirma que en el Perú de la década de los noventa, como bajo cualquier régimen autoritario, la prensa jugó un papel significativo que es difícil sobreestimar e imposible de ignorar. Se trataba, según refiere, de un juego que podía ser jugado de diversas formas.
Para Sally, algunos periodistas, eligieron una oposición a todo vapor, y constantemente se referían al gobierno de Alberto Fujimori como la dictadura y al jefe de Estado como el dictador. El único y gran inconveniente que esta postura enfrentaba era que Alberto Fujimori contaba con un amplio e incuestionable respaldo, y se las había arreglado para legitimarse a sí mismo y a su golpe de 1992, aunque para ello haya tenido que recurrir a un referéndum más que cuestionable. Por ello, aquellos que tomaron esta postura de rotunda oposición, entre ellos políticos y empresarios, además de periodistas, se encontraron firmemente marginados y excluidos del poder, y algunos debieron pasar años privados de contactos políticos.
Frente a ellos, recuerda Sally, estaban aquellos que preferían ser absorbidos por la maquinaria del poder y reportar y escribir lo que el gobierno les proporcionaba, sin hacer ninguna verificación y mucho menos intento alguno de presentar un punto de vista opositor. Para este sector de periodistas, por un largo periodo, esta postura pareció ser la más exitosa, ya que sus partidarios gozaban de beneficios como tener acceso a la gente que ostentaba poder, ser invitados a los viajes del presidente y mantenerse libres de la posibilidad de ser hostigados.
Por ello, Sally afirma que mantener una postura crítica durante el gobierno dictatorial de Fujimori, supuso, para quienes tomaron esta postura, serias dificultades y peligros. Y nos recuerda, por ejemplo, que en su reporte de 1993, la organización Reporteros Sin Fronteras colocó al Perú en el tercer lugar de la lista de países que tenían el mayor número de periodistas prisioneros en todo el mundo (solamente estaba detrás de Turquía e Irak, y peor que Birmania). O que el Comité para la protección de Periodistas declaró que los hombres de prensa y los medios de comunicación encontraban más problemas en el Perú que en cualquier otro país de Latinoamérica.
Finalmente, y como para convalidar las afirmaciones que MVLL hace sobre la manera cómo la dictadura de Alberto Fujimori manipulaba a los medios de comunicación y a los periodistas, Sally narra en su libro cómo Alberto Fujimori también le bajó el dedo a ella, ya que luego de ser invitada, junto a otros colegas extranjeros, a acompañar al otrora presidente a un viaje a Puno (Isla de los Uros), un compañero suyo publicó en el Financial Times un artículo titulado “La política del poncho en los Andes”, centrándose en el estilo de Alberto Fujimori, que actuaba más como un director de medios, que como un presidente. Este artículo, afirma Sally, le cayó a Fujimori como un balde de agua helada. Tan es así, que esa fue la última invitación que recibió de Alberto Fujimori, algo que para ella le dejó una lección evidente: si quieres ser incluida y tener acceso al presidente (como las geishas), deja de lado la objetividad del periodismo y confabula con su gente.

Nota: Como no puede ser de otra manera, espero que muchos peruanos lean esta nueva novela de nuestro Nobel, y que la misma sirva para recordar lo vivido durante una de las etapas más oscuras de nuestra vida republicana. La vida se vive mirando hacia adelante, pero se entiende mirando hacia atrás, eso es algo que los peruanos, sobre todo los más jóvenes, debemos tener presente en estos tiempos.

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