Entonces, si los estudios de DATUM y GFK, respectivamente, han recogido de manera certera la opinión de los peruanos, es perfectamente lógico afirmar que en estas Elecciones Generales, sobre todo en una segunda vuelta, el candidato (a) con mayores opciones de victoria será justamente el que logre posicionarse en el imaginario colectivo como el abanderado del cambio. En todo caso, la pregunta que deberán responder los candidatos será la siguiente: ¿Qué tipo de cambio es el que resulta más atractivo para el grueso del electorado? ¿El cambio supone, por ejemplo, la modificación del capítulo económico de la Constitución Política? Ese es el nudo gordiano que deberán desatar los candidatos.
Como era de esperarse, lo reportado por DATUM y GFK, ha sido un misil para las candidaturas que están comprometidas con la defensa dogmática del modelo, y para los grupos de poder (económicos y mediáticos, especialmente) que financian dichas candidaturas. En otras palabras, los grupos de poder que durante los últimos 5 años se esforzaron por sacar de la escena electoral a todo político que se atreviera a cuestionar el modelo, hoy deben estar preguntándose: ¿Por qué los peruanos quieren cambiar un modelo que tantos beneficios ha generado para nuestros negocios y empresas?
Si ello es así, resulta más que evidente que el candidato (a) que logre articular un discurso de cambio coherente (históricamente vinculado a la centro-izquierda) tendrá muchas posibilidades de imponerse en estas Elecciones Generales, y dar la gran sorpresa en la segunda vuelta, a pesar de la campaña de demolición que los medios defensores del “establishment” seguramente empezarán a desatar y profundizar a medida que el día de la elección se acerque.
Finalmente, y retomando los resultados del simulacro de Ipsos Perú, pero esta vez refiriéndonos al antivoto, es importante tomar en consideración que la candidata Fujimori registra un antivoto de 55% (el antifujimorismo, al que tanto le teme) mayor al de Mendoza y Barnechea, respectivamente, a quienes el electorado y los medios de comunicación perciben como los únicos candidatos que apuestan por un cambio de modelo económico y que mejor pueden representar a ese sector antifujimorista al que hemos hecho referencia. Un dato, que sin lugar a dudas, la candidata Fujimori y quienes la respaldan, deberán tener en cuenta sino quieren volver a perder la Presidencia de la República en una segunda vuelta.