Hago esta pregunta, luego de que
la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso (24NOV2015) enviara al
archivo el Proyecto de Ley N° 3839-2014-IC, impulsado por el Colectivo Déjala
Decidir que busca despenalizar el aborto cuando el embarazo sea producto de una
violación.
Apristas
y fujimoristas violan el derecho de la mujer a decidir
Como lo leen, fueron los
congresistas apristas y fujimoristas (Javier Velásquez Quesquén, Martha Chávez,
Julio Gagó, Luz Salgado y Aldo Bardales) los que se opusieron rotunda e irracionalmente
a la propuesta. A este grupo, también se sumó el pepecista Javier Bedoya. En
otras palabras, la derecha conservadora de nuestro país se opone a que las
mujeres víctimas de una violación puedan decidir libremente si desean o no ser
madres, a pesar de haber sido vejadas física y psicológicamente.
Entonces, si la derecha
conservadora se ha opuesto a la aprobación de este proyecto es porque considera
que las mujeres que abortan a causa de una violación son unas criminales que
deben ser perseguidas penalmente y encarceladas como cualquier malhechor. ¿Comparten
Keiko Fujimori y Alan García esta opinión? Esta es una pregunta válida que los
ciudadanos, pero sobre todo las mujeres, deben de hacerse de cara a las
Elecciones Generales del 2016.
Al parecer, la derecha
conservadora no advierte que su postura no tiene mayor asidero, pues en el
mundo de hoy, el enfoque en torno a este debate es totalmente distinto. Por
ejemplo, la derecha conservadora olvida señalar que de acuerdo al artículo 120°
del Código Penal Peruano, el aborto que se practica a causa de una violación es
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de 3 meses. Eso quiere decir
que en la práctica, este tipo de aborto no se sanciona, pues antes de que se
inicie alguna investigación o proceso, la acción penal ya prescribió (3 meses
se pasan volando).
Si ello es así, entonces porqué
la derecha conservadora insiste en penalizar una conducta que en la práctica no
recibe ningún tipo de sanción. Yo creo, como algunos han señalado hace ya
varios años, que la derecha conservadora insiste en este absurdo amparada
únicamente en posiciones religiosas fundamentalistas contrarias a los principios
de libertad, igualdad y tolerancia propios de un Estado Democrático y
auténticamente laico.
Los
argumentos de quienes no tienen argumentos
Es más, si repasamos los
argumentos utilizados por los parlamentarios apristas y fujimoristas que se
oponen a este proyecto, encontraremos que ninguno de ellos resuelve la pregunta
de fondo: ¿Existen o no razones constitucionales para despenalizar el aborto
por violación?
Para probar ello, haré alusión a
lo señalado por la fujimorista Martha Chávez cuando afirma que este Proyecto permite
que las mujeres denuncien libremente una violación sexual para someterse al
procedimiento sin que exista una denuncia previa. Es decir, según esta
parlamentaria, las mujeres (en un país tan machista y conservador como el
nuestro) saldrán por miles a denunciar “inexistentes violaciones” para
practicarse un aborto, como si exponer la vida privada y reconocer haber sido
víctima de ultraje sexual fuese una práctica común entre las mujeres peruanas.
En esa misma línea, se
pronunciaron apristas y pepecistas, cuando señalaron que la propuesta de
despenalizar el aborto por violación corresponde a una agenda de las
organizaciones no gubernamentales y no a una agenda nacional. Es decir,
rechazaron el proyecto no en base a argumentos constitucionales, sino porque es
impulsado por las “terribles ONGs” a las que suelen culpar por todos los males que
nuestro país padece.
Lo cierto es que los argumentos
de quienes se oponen al proyecto no resisten el menor análisis. No obstante
ello, lo que a mí me subleva es el cinismo con el que la derecha conservadora
aborda este tema. Por ejemplo, por qué este sector no reconoce que fue la
presión de la Iglesia católica la que hizo posible que la penalización para
este tipo de aborto permaneciera vigente a pesar de que en el Anteproyecto del
Código Penal esta conducta no era tipificada. O, por qué no reconoce que en las
sociedades democráticas el derecho a la vida sí es tutelado penalmente pero de
manera diversa, atendiendo a las particularidades de cada caso.
Sobre este punto, me gustaría
formular una pregunta que la derecha conservadora jamás responde: ¿Por qué el
homicidio simple es reprimido con pena privativa de libertad no menor de 6 ni
mayor de 20 años, y en cambio el aborto por violación recibe apenas 3 meses de
sanción? La respuesta es muy sencilla: porque la valoración y tutela
constitucional que un Estado Democrático hace del derecho a la vida se rige por
principios de proporcionalidad y razonabilidad que se aplican dependiendo del
caso concreto.
Los
argumentos que la derecha conservadora no puede rebatir
A pesar de lo absurdo de su planteamiento,
la derecha conservadora insiste en su tozudez diciendo que si la pena para las
mujeres que abortan a causa de una violación es tan ínfima, y por ende, no
existe posibilidad real de que sean sancionadas o purguen condena efectiva en
un penal, por qué las ONGs pro abortistas insisten tanto en su despenalización.
Aunque este razonamiento es bastante estúpido, a continuación voy a reiterar lo
que muchos hemos sostenido durante los últimos años sobre este asunto.
Primero, que la despenalización del
aborto no significa la imposición del aborto, sino la posibilidad de que las
mujeres que fueron violadas sexualmente tengan la libertad de decidir,
atendiendo a sus propias creencias, a su propio proyecto de vida, a su salud, y
a otras consideraciones que deberán evaluar de manera autónoma e independiente.
Segundo, que siendo la pena tan
mínima y la persecución punitiva imposible de materializar, el insistir con la
penalización de esta conducta contraviene todos los principios de racionalidad
sobre los cuales se construye la política criminal de un Estado Constitucional
y Democrático de Derecho.
Tercero, que el objetivo de la
despenalización es evitar la doble victimización de la mujer que ha sufrido una
violación. Este argumento es muy sencillo de comprender: si la mujer ya fue
víctima de una violación, porqué el Estado la tiene que tratar como a una
criminal cuando ella decida interrumpir el embarazo (producto de un acto
salvaje, no lo olvidemos) con el afán de no ver truncado su proyecto de vida.
Cuarto, las cifras demuestran que
la penalización de esta conducta (no sólo el aborto por violación) no ha
logrado disminuir la tasa de abortos por año. En otras palabras, la
criminalización de esta conducta no la desincentiva. Muy por el contrario, lo
que ha logrado es la presencia de un mercado negro integrado por médicos y
clínicas que lucran practicando abortos clandestinos.
Quinto, que a consecuencia de
esta práctica clandestina, cientos de mujeres en el Perú (sobre todo las más
pobres) ponen en peligro su salud, e incluso su vida, al colocarse en manos de
médicos de dudosa reputación que llevan a cabo estas prácticas en lugares que
no cumplen con las condiciones mínimas de salubridad e higiene.
Sexto, que la penalización de
este tipo de aborto, además de ser irracional, y de no responder a ningún
criterio de política criminal, resulta ser abiertamente discriminatoria, ya que
como hemos visto en el párrafo anterior, obliga a las mujeres pobres a
practicarse abortos en condiciones infrahumanas. La situación es más terrible si a ello le sumamos el hecho de que en
nuestro país, el Tribunal Constitucional, en una sentencia absolutamente
inconstitucional y absurda, prohibió el reparto gratuito por parte del Estado de
la Pastilla del Día Siguiente, pero al mismo tiempo, permitió su venta privada.
En otras palabras, las mujeres con dinero sí pueden ir a cualquier farmacia y
comprar la píldora.
Séptimo, que
el embarazo forzado producto de la violación atenta contra la autonomía y
dignidad de las mujeres, a las que el Estado no trata como “sujetos de derecho”
sino como “medios” para resguardar la vida o la salud de otro ser,
desconociendo el hecho de que forzar a una mujer violada a continuar con el
embarazo genera graves daños en la salud física, ginecológica y mental de las
víctimas.
Por lo
antes señalado, resulta creo que resulta inhumano y contrario a la dignidad de
la mujer que el Estado obligue a la víctima de una violación a llevar en sus
entrañas a un hijo (a) no deseado, pues ello no solo supone la actualización
permanente de la violencia sufrida, sino también mantiene el efecto simbólico
de la represión penal.
Etiquetas: aborto ético despenalización del aborto, aborto sentimental, Déjala Decidir, despenalización del aborto por violación, violación sexual
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