IPSOS publicó ayer (17ABR2016) la primera encuesta para la segunda vuelta. En palabras de su director Alfredo Torres, se trata de la primera foto en esta carrera hacia la Presidencia de la República. Según las cifras registradas, PPK alcanza el 44% frente al 40% obtenido por la candidata Fujimori. Por su parte, los votos blancos, viciados y quienes no precisan por quién votar suman 16%.
Otro dato importante es el referido al antivoto de los candidatos: mientras el 32% señala que no votaría por PPK, el rechazo que genera la candidatura de Fujimori llega al 42% (10 puntos más). Es preciso señalar que para ambos candidatos el antivoto, comparado con los resultados obtenidos antes de la primera vuelta, disminuyó en 3% para PPK y 5% para Fujimori, respectivamente.
Asimismo, el estudio, realizado entre el 13 y 16 de abril a nivel nacional (urbano y rural), advierte que en aquellas regiones (la macro región sur) en las cuales ganó la candidata de la izquierda Verónika Mendoza, lideresa del Frente Amplio, la población electoral se inclina favorablemente a PPK. Sin lugar a dudas, la animadversión que genera la candidatura de Fujimori en esta zona del país es un factor que ambos candidatos deberán tener presente para el diseño de la estrategia de campaña durante la segunda vuelta.
A la luz de los resultados, en primer lugar, habría que señalar que la candidata Fujimori no registra ningún incremento en su respaldo electoral. Decimos ello, ya que si tomamos como referencia los resultados oficiales publicados por la ONPE (al 99%), tenemos que Fujimori obtuvo en la primera vuelta un 39,83% de las preferencias electorales. En ese sentido, su performance no habría sufrido ningún crecimiento. En otras palabras, Fujimori no ha sumado ni siquiera un punto durante la primera semana posterior a la primera vuelta.
Caso contrario es el de PPK, cuyo respaldo electoral asciende de 21%, según la ONPE, a un sorprendente 44%. Es decir, PPK crece electoralmente en 23%, duplicando en una semana el porcentaje alcanzado el 10 de abril. Esto era justamente lo que los analistas señalaban que tenía que ocurrir si PPK quería competir en mejores condiciones contra Fujimori. Sobre todo, tomando en consideración que en la primera vuelta PPK se impuso únicamente en Arequipa frente a las quince regiones (además de Lima) en las cuales la victoria fue para Fujimori.
En segundo lugar, tal y como la habíamos anticipado en una columna pasada titulada “Las preferencias electorales y el modelo económico”, el antivoto será un factor determinante en esta segunda vuelta. En tal sentido, si PPK quiere imponerse frente a Fujimori debe ser capaz de capitalizar el rechazo que ese 42% de la población siente por Fujimori. Para ello, PPK debe ser claro y contundente al momento de marcar diferencias con el fujimorismo. Es más, PPK y sus voceros deben cuestionar de manera sistemática al fujimorismo en el terreno político-institucional y moral, haciéndole recordar al electorado (sobre todo a los más jóvenes) lo que significó el fujimorismo para la salud democrática y para la ética pública de nuestro país: asesinatos, latrocinios, corrupción, violación de derechos humanos, compra de medios de comunicación, entre otras perlas.
En esa misma línea, PPK debe dejar de lado los coqueteos exhibidos -durante la primera vuelta- con cierto sector del electorado fujimorista, al deslizar la posibilidad, por ejemplo, de firmar leyes que favorezcan la situación jurídica del sentenciado Alberto Fujimori. En otras palabras, PPK debe eliminar de su vocabulario las palabras indulto o amnistía a favor del sentenciado Alberto Fujimori. Ese sería un mensaje potente para el 42% de los peruanos que considera que elegir a un gobierno fujimorista significaría un grave retroceso en el proceso de consolidación democrática de nuestro país.
En tercer lugar, y a pesar del aparente respaldo que la macro región sur le está brindando a PPK en esta segunda vuelta, tomando nota de los diversos análisis que se han hecho en torno a la realidad social y económica de estas regiones, PPK, debe anotar las propuestas de desarrollo formuladas por Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea durante la primera vuelta, para ofrecerle a la macro región sur una agenda de políticas sociales destinada a luchar frontalmente contra la pobreza y la exclusión social. Sólo así podrá consolidar y preservar el respaldo que esta parte de la población está dispuesta a darle en la segunda vuelta.
En suma, si bien esta primera encuesta arroja resultados positivos para PPK, mal haría el candidato de Peruanos por el Kambio en creer que su triunfo está asegurado. Como ya lo han señalado diversos analistas, PPK debe jugar con suma astucia esta partida electoral, acercándose a la mayor cantidad de líderes políticos y de opinión para generar puentes de entendimiento, y con ello, construir una gran coalición anti fujimorista a nivel nacional que le permita vencer a Fujimori, la misma que debería consolidarse sobre la base de tres ejes temáticos: 1) Lucha contra la corrupción; 2) Respeto por el sistema democrático y por los derechos humanos; y 3) Lucha contra la pobreza y la desigualdad, sobre todo, en las zonas más deprimidas del país (por eso la importancia de la macro región sur y el apoyo político que la izquierda, representada por Verónika Mendoza, le pueda brindar).
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