Reformar la Constitución
Todos estos temas tienen una importancia vital en el diseño de nuestras instituciones políticas y en el impacto de las mismas en el camino hacia el fortalecimiento de nuestro sistema democrático, sin embargo, me parece que no han sido adecuadamente debatidas por los miembros de la mencionada comisión, es por ello que creo necesario hacer algunas precisiones.
La renunciabilidad al cargo o del mandato parlamentario es absolutamente viable y constitucional ya que nadie puede ser obligado a continuar desarrollando una labor cuando no se siente augusto con él o cuando simplemente no desea hacerlo, dejando así el camino libre para otra persona que sienta el compromiso personal de cumplir con este importante encargo, lo contrario sería caer en una suerte de retorno a épocas medievales en la cual el trabajo forzado era visto como óptimo y hasta saludable para aquellas personas cuya vida de ocio las podría empujar al delito o a la inmoralidad.
La posibilidad de vacar a aquellos congresistas que de manera reiterada e injustificada no cumplen con asistir a las sesiones del congreso también es atendible ya que ellos son elegidos para desarrollar una labor a tiempo completo por encargo de la voluntad ciudadana y no es posible que de manera irresponsable y poco seria decidan incumplir olímpicamente con tal encargo, el parlamento requiere de personas que se comprometan con su labor de manera desinteresada y bajo el entendido que el sistema democrático necesita del esfuerzo de todos, peor en especial de los representantes de la ciudadanía, nuestro país necesita verdaderos padres de la patria no dirigentes de fútbol o advenedizos que anteponen sus intereses personales a los de la sociedad en general.
La ampliación, a 7 años, del cargo de Director del Banco Central de Reserva, es también una propuesta interesante que pretende darle mayor autonomía a este organismo constitucional, fortaleciendo su institucionalidad y la capacidad de acción del mismo, todo ello con el fin de cumplir con mayor independencia del poder político la función que la Constitución le ha encargado, como es preservar la estabilidad monetaria, y ello porque ahora la estabilidad en el cargo del director no dependerá de la discrecionalidad del gobernante de turno.
La bicameraliad es quizá la reforma política más importante que este paquete de reformas trae consigo, no sólo porque eleva los niveles de representación política, a partir de un Senado cuya conformación sea fruto de la elección de sus miembros a nivel regional o nacional, sino también porque favorece la especialización en el trabajo de dos cámaras imperfectas, es decir, en cámaras que se repartan competencias y funciones, con una cámara evidentemente política como la de diputados y una cámara de mayor reflexión y análisis de temas de ascendencia nacional como sería la de senadores y por supuesto, un mayor control político no sólo de los actos del gobierno, sino de un autocontrol parlamentario con dos cámaras que sin entorpecerse mutuamente se controlan y coordinan sus acciones, todo ello, muy a pesar del argumento simplista y populista de algunos que creen que una cámara es lo mejor pues al tener menos un mero de congresistas genera mucho más gasto, como si la labor o la imagen del parlamento se midiera por un estado de pérdidas o ganancias o un balance contable y no por la calidad de su producción legislativa o su labor de control político.
No obstante la importancia de la reflexión teórica sobre estas reformas, estas no gozan del apoyo de las grandes mayorías, las cuales se sienten ajenas a este tipo de temas, los cuales no generan en ellas mayor interés, por tanto, es muy poco probable que mediante un referéndum estas puedan se aprobadas, en ese sentido, sólo nos resta confiar en que los parlamentarios pueden establecer consensos en torno a estos temas fundamentales, no obstante, el escepticismo que genera el hecho de esperar que este grupo de parlamentarios, el mismo que demostró su incapacidad para tareas vitales para nuestro sistema constitucional como la elección de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, alcancen un número de dos tercios del número legal de congresistas en dos legislaturas sucesivas y así puedan concretarse estas reformas, en todo caso, estaremos atentos al comportamiento de las fuerzas políticas para aplaudir, como nunca, o criticar, como siempre, su pobre desempeño político.
Rafael Rodríguez Campos
Etiquetas: bicameralidad, obligatoriedad del voto en el Perú, Reforma Constitucional en el Perú, revocatoria de congresistas, unicameralidad, vacancia de congresistas, voto facultativo
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio