El 10 de abril de este año, los peruanos elegiremos a un nuevo
Presidente de la República, miembros del Parlamento, y representantes ante el
Parlamento Andino. Como es de conocimiento público, son varias las
organizaciones políticas que han incrementado el número de mujeres en sus
respectivas listas parlamentarias. En ese sentido, consideramos oportuno
analizar la participación política de la mujer en América Latina, tomando como
base la investigación realizada por las consultoras Beatriz Llanos (IDEA) y Vivian
Roza (BID) titulada “Partidos políticos y paridad: Un desafío de la democracia
en América Latina”.
Como se lee en la
presentación del cuadernillo de trabajo que sintetiza los principales hallazgos
de la misma, el BID e IDEA con el objetivo de diagnosticar la situación de las
mujeres al interior de las estructuras partidarias y el grado en que los partidos
promueven el ejercicio de sus derechos políticos desde una perspectiva de
igualdad, presentaron en el año 2010, una investigación titulada “Partidos
Políticos y paridad: la ecuación pendiente”, una investigación pionera a nivel
regional. En ese momento se analizó a 94 partidos políticos de 18 países
latinoamericanos, cuyos datos -para quienes estén interesados- se encuentran
disponibles online en la Base de Datos de Género y Partidos Políticos (GEPPAL),
iniciativa que ambas organizaciones impulsan.
Ahora bien, con el ánimo
de construir una visión en el más largo plazo del rol que las organizaciones
políticas están jugando, entre los años 2011 y 2012 el BID e IDEA iniciaron una
fase de actualización de los 15 países que tuvieron elecciones hasta julio del 2012.
En el marco de este proceso de actualización, se analizó a 74 organizaciones
políticas que cumplían con el criterio objetivo de haber obtenido un mínimo de
5% de los escaños de la Cámara Baja/Unicameral en las últimas elecciones
nacionales.
Una mirada al panorama
regional
Sobre este punto, la
investigación busca responder dos preguntas: 1) ¿En qué punto estamos en cuanto
a la participación política de la mujer?; y 2) ¿Cuáles han sido los avances
normativos orientados a promover la participación política de las mujeres?
Con respecto a la primera
pregunta se señala lo siguiente: las mujeres siguen estando subrepresentadas
tanto en posiciones electas como en las designaciones en las carteras
ministeriales. A pesar de constituir más del 50% de la población, no llegan a
representar ni un cuarto de las posiciones electas nominadas en la política a
nivel regional. Sin embargo, ha habido avances trascendentales a nivel
presidencial.
Por ejemplo, en el 2011,
Cristina Fernández logró la reelección en la Argentina, con el 54% de los
votos. El año 2013 finalizó con la elección de Michelle Bachelet para su
segundo mandato presidencial en Chile y, en, 2014, Dilma Rousseff fue también
reelecta en Brasil para un segundo mandato. Es decir, a finales de 2014, si
sumamos a Laura Chinchilla en Costa Rica -quien terminó su mandato presidencial
ese año- se tuvo por primera vez a cuatro mujeres ejerciendo la Presidencia de
la República simultáneamente en América Latina.
Con respecto a la segunda
pregunta se señala lo siguiente: Dieciséis países cuentan con medidas legales
para garantizar la presencia de las mujeres en las listas electorales. De
estos, 11 han aprobado cuotas y 5 han avanzado hacia la paridad. Sin embargo,
el impacto sigue siendo limitado, dado que solo 4 países cuentan con medidas
bien diseñadas. A su vez, 9 países han aprobado cuotas o paridad para los
órganos decisorios de los partidos, pero solo 2 cuentan con sanciones por
incumplimiento, lo cual tiene un impacto directo en la efectividad de la
medida. Además, ha habido avances normativos importantes en el financiamiento
público, lo que podría convertirse en una herramienta efectiva para las
mujeres. No obstante, hace falta que los países monitoreen y fiscalicen el uso
igualitario de los fondos.
Tres notas para el
análisis
Al respecto, es importante
apuntar tres notas que grafican claramente lo antes señalado:
Primero, de los 18 países
latinoamericanos, solo 2 -Guatemala y Venezuela- aún no han aprobado legalmente
una disposición de cuota o paridad que permita garantizar la presencia de
mujeres en las listas electorales. Los porcentajes regulados en los países
oscilan entre un 20% y 50%. Es alentador que 5 países -Bolivia, Costa Rica,
Ecuador, Nicaragua y México (2014)- hayan dado el salto hacia una composición paritaria
de las listas electorales a ser inscritas. Ahora bien, de los 15 países con
cuotas /paridad, se puede señalar que solo 4 -Argentina, Bolivia, Costa Rica y
México- cuentan con medidas “bien diseñadas”, ello porque en estos países se
contemplan sanciones efectivas por incumplimiento y mandatos de ubicación en un
contexto de listas cerradas (el Perú, está catalogado como un país con cuotas
mal diseñadas por no contar con sanciones ante el incumplimiento).
Segundo, 9 países en la
región han regulado legalmente una medida de cuota o paridad aplicable a las
dirigencias partidarias. Ecuador, Costa Rica y Bolivia han avanzado hacia la
paridad pero solo en tres países -Costa Rica, Ecuador y Honduras- los
porcentajes se aplican a la propia composición de dichas instancias, mientras
en los otros 6 son aplicables a las postulaciones (también llamadas
nominaciones). Ello implica una notoria diferencia desde el punto de vista del
acceso real a los más altos cargos de los partidos, pues la inclusión en la
postulación no garantiza que esto se traduzca en un número significativo de
mujeres en la composición final del órgano. De hecho, hay más mujeres en los
órganos decisorios, en los que la cuota se aplica a la composición (28%), que
en los que se aplica a la nominación (22.5%); sin embargo, la diferencia no es
estadísticamente significativa.
Tercero, las cuotas o la
paridad no son las únicas medidas que se han impulsado en la región para
promover la inclusión de las mujeres. Prueba de ello es que entre el 2002 y el
2013, 6 países en los que existe financiamiento público para solventar las
actividades de las organizaciones políticas han regulado legalmente la
obligación para los partidos de destinar un monto de ese financiamiento al
fortalecimiento de las capacidades de las mujeres. En Brasil (al menos 5%),
Colombia (al menos 15%), México (2%), Panamá (10% de un 50% destinado a
educación cívico-política) y Honduras (10%, vigente desde 2013) han regulado
porcentajes específicos. Y solo 2 países -el Brasil Y México- han contemplado
algún tipo de sanción explícita ante el incumplimiento de dicha norma. Por otro
lado, Costa Rica obliga a los partidos a destinar a un fondo especial para la
capacitación paritaria de hombres y mujeres en temas como igualdad de género.
A modo de conclusión
Al respecto, la
investigación señala que si bien la región cuenta ahora con un electorado que
apuesta por mujeres en la presidencia, algo que en épocas pasadas hubiese sido
impensado. Eso demuestra una suerte de consenso sobre la necesidad e importancia
de la promoción de la participación política de la mujer. En esa línea, este
impulso está facilitando el avance hacia la regulación de la paridad por parte
de varios países, así como la adopción de reformas para fortalecer la eficacia
de las cuotas y su impacto en la elegibilidad de las mujeres.
En la próxima columna,
seguiremos analizando algunos tópicos vinculados a la participación política de
la mujer en América Latina.
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